José Antonio Rodríguez. Asesor Fiscal.
Después de la Diada catalana, la consiguiente guerra de cifras sobre la cifra de participantes, numerosa como se puede ver en las imágenes de televisión, que se hable reiteradamente de lo que va a ocurrir, partida de ajedrez en la que los movimientos de ambos jugadores están previstos y anunciados: tu mueves un alfil, yo te lo mato con un caballo; tu mueves peones que no avanzan, mis figuras te los abaten, pero queda el jaque mate, una vez enrocado el rey, que mi todopoderosa reina (Tribunal Constitucional) no dudará en provocar, no quedará más remedio que convocar elecciones anticipadas y tiene muchas papeletas de ganar una coalición independentista más radical si cabe.
Poca información imparcial, poca profundidad intencionada, solo escuchar a quien más grita y ‘vende’ machaconamente, insistentemente, aleccionando a la población en el más puro estilo chavista, con la única diferencia de que en vez de ser el presidente quien cada día o semana educa al pueblo, son los medios de comunicación subvencionados con fondos públicos que provienen en parte de la caja común de todos los españoles quienes se encargan de ir cubriendo todos los flancos, de resolver las dudas que puedan surgir: estaremos mejor, todos los impuestos serán para nosotros como les ocurre a los vascos o navarros, no necesitamos a España para nada, las pensiones no van a dejar de pagarse, no necesitamos ejército, lo alquilaremos, o pagaremos para que nos protejan, en palabras del Molt Honorable.
Pero estos medios subvencionados no informan que los catalanes apoyaron mayoritariamente la constitución del 78, marco jurídico para todos, que el primer Estatut se aprobó por un mayor número de catalanes que el famoso y controvertido del año 2006, que una Catalunya independiente está abocada a la pobreza, pues la deuda que cada catalán tiene hoy es cuantiosa, y las deudas hay que pagarlas siempre. Son esos partidos que hoy piden la independencia los que con el tripartito anterior gastaron lo que no tenían y llevaron las finanzas autonómicas a la banca rota.
Venden muy fácilmente que democracia es el derecho a decidir y que ese derecho pasa por poder convocar un plebiscito, que está por encima de cualquier ley, que la decisión la debe tomar solo el pueblo catalán y ya está, olvidando que nuestra Constitución, y el tribunal que la interpreta se ha manifestado al respecto en varias ocasiones diciendo de un modo rotundo que nadie puede convocar un referéndum secesionista, ni tan siquiera el Gobierno de nación.
La secesión no está contemplada hoy, puede estarlo en un futuro, pero para que eso ocurra hay que cambiar las leyes, pues si las decisiones y actuaciones de este calado están solo en función del momento, partido y conveniencia política estaríamos viviendo en un país bananero, sin seguridad jurídica, donde se actúa con arbitrariedad, y con lisonjas que a todos contenten, obviamente impensable.
