Vicente Aparici. Senador del PP por Castellón y portavoz de Medioambiente del GPP.
El agua es un recurso indispensable para nuestras vidas y para el conjunto de los ecosistemas existentes en nuestro planeta. En España el agua es un recurso escaso y de vital importancia. Supone, además, un elemento vertebrador territorial, y como tal, necesita la gestión solidaria y sostenible para cubrir las necesidades de las distintas regiones españolas.
Una de las primeras decisiones que adoptó el anterior ejecutivo, nada más asumir sus responsabilidades de gobierno en 2004, fue aprobar el Real Decreto Ley 2/2004, de 18 de junio, y la Ley 11/2005, de 22 de junio, que modificaban la Ley 10/2001, del Plan Hidrológico Nacional, y sustituirlo por el programa A.G.U.A.
El programa A.G.U.A. contemplaba la construcción de 51 plantas desaladoras. Ocho años después sólo había 17 desaladoras en explotación y 15 en construcción. Se habían invertido 1.664 millones de euros y se precisaban otros 762 millones de euros para lograr que esas 32 desaladoras estuvieran operativas.
Por otro lado, el coste de producción por metro cúbico de agua para regadío, es inasumible para los agricultores. Asimismo se trata de instalaciones ambientalmente insostenibles por su elevado consumo energético y por el impacto que producen en el medio ambiente como consecuencia de la alta concentración salina que generan.
Todo esto refleja el fracaso total de la política hidráulica del anterior Gobierno, por lo que se hacía necesaria una rectificación y en ello hemos estado ocupados estos años de legislatura.
Es indispensable desarrollar acciones con la finalidad prioritaria de garantizar el suministro de agua en cantidad y calidad suficiente en todo el territorio nacional; debemos contar con el acuerdo y el apoyo de todas las comunidades autónomas, para lo cuál consideramos necesario alcanzar un gran pacto nacional del agua, que sea de larga duración, y que tenga carácter estratégico y vertebrador para todo el territorio nacional.
Por todo ello, planteamos una iniciativa en el Senado en Febrero de 2012 y motivamos una acción decidida encaminada a:
1º - Promover un gran pacto nacional del agua basado, entre otros criterios, en los de unidad de cuenca, sostenibilidad medioambiental, prioridad de uso en la propia cuenca, con garantía de las necesidades presentes y futuras de la misma, y solidaridad interterritorial.
2º - Promover las medidas necesarias para favorecer una gestión integral del agua que permita reducir el consumo, mejorar la eficiencia y evitar el deterioro de los recursos hídricos.
Con esas líneas ha estado trabajando el gobierno de España. Se han culminado los planes de Cuenca (que no estuvieron acabados para 2009), se procede a su revisión de acuerdo con la directiva del Agua y abrimos las puertas a ese necesario Pacto Nacional por el agua que nos debe llevar a un nuevo PHN.