Rafa Cerdá Torres. Abogado.
En estos días de grandes titulares en forma de llamativas portadas, cada dos por tres, cadenas de televisión y emisoras de radio nos bombardean con encuestas, en un claro intento de dar a conocer el alto grado de cabreo popular existente en grandes capas de la población española. Con independencia de las preguntas que se formulen, y de la importancia que se otorgue a uno u otro aspecto que los resultados arrojados por las encuestas, todas las consideraciones se resumen en dos conclusiones: el españolito de a pie no se fía de la clase política ni de lejos, y el ilustrativo epíteto con el que se califica a nuestros dirigentes es el de chorizo.
Motivos que justifiquen el cabreo nacional, son muchos y evidentes: los letales efectos de una larguísima crisis económica, la lentitud de la tan traída recuperación, la cadena infinita de casos de corrupción que afectan a todos los ámbitos políticos y económicos (partidos, sindicatos, asociaciones empresariales, ayuntamientos, etcétera) y sobre todo la incapacidad de los distintos responsables públicos de trasladar un clima de confianza hacia una ciudadanía hastiada, cabreada y profundamente asqueada al constatar que demasiados dirigentes entraron en la vida pública para mangonear todo lo que pudieron.
Sin embargo, ahora todo el mundo que se escandaliza ante hechos deleznables, surge un grupo muy numeroso que alardean que "ellos" estaban enterados..."qué ese saqueo era conocido",...vaya vaya, ...¿y entonces por qué nadie dijo nada?, ¿el chiringuito de la familia Pujol Ferrusola en Cataluña, que tantos listos ahora decían saber, no provocó ni una miserable denuncia de los ahora indignados?, Bastantes de los que ahora ponen a caer de un burro al actual Consell de la Generalitat, ¿no han intentado ocupar un puestecito en alguna institución autonómica, o se han movido para obtener una prebenda?....les puedo asegurar que sí. ¿Cuántos, ahora indignados, a través de las redes sociales se manifiestan acérrimos partidarios de corrientes como PODEMOS, pero hasta ayer han ocupado un puesto de trabajo gracias a vínculos familiares y personales con dirigentes del Partido Popular, y sólo han dado rienda suelta a su nueva ideología en el momento en qué la "protección" del familiar o conocido de turno se ha esfumado? Ojo con la indignación aparente de algunos, mientras su interés se veía compensado o resuelta su posición, miraban hacia otro lado mientras se practicaban prácticas corruptas que ahora dicen denostar. No sólo roba quien mete la mano en la caja, también quién mira y no hace nada. Y por desgracia, la sociedad hemos sido en muchos casos muy permisivos.
A nuestros representantes políticos deben estar sometidos a un alto nivel de control, durante todo el tiempo que dure el mandato para el que ha sido electo, pero sólo la transparencia y la Ética podrá perdurar si todos y cada uno de los integrantes de nuestra sociedad no promueve en su propio ámbito, conductas que exige a los demás, y en los tiempos que corren a los políticos.