Miguel Ángel Cerdán. Profesor de Secundaria.
Asisto estupefacto al desahogo que demuestran las empresas del Ibex 35, y veo como el señor Alierta y sus adláteres amonestan a los españoles y pretenden mostrarnos el camino para salir de la Crisis. Ellos. Con toda la desfachatez de la que son capaces. Con la desvergüenza que suele mostrar el señorito cuando está hablando con los empleados del cortijo.
Y entonces uno recuerda que Telefónica ha despedido a 12.000 personas en el primer semestre de este año. Mal precedente si se quiere recomendar cómo crear empleo. Y además, uno repasa que la tributación real de impuesto de sociedades de las empresas del Ibex es inferior en porcentaje a la de las pequeñas y medianas empresas, que, según GESTHA, el 72 % del fraude fiscal es atribuible a grandes patrimonios y grandes empresas o que nueve de cada 10 empresas del IBEX operan en paraísos fiscales y se pregunta cómo pueden tener la cara tan dura estos señores de las grandes compañías españolas para hablar de fraude fiscal y de economía sumergida.
Claro que, si hacemos un análisis algo más profundo, nos daremos cuenta como en el año 2012 las 27 empresas no financieras del IBEX 35 tenían una deuda de 220.863 millones de euros, una cifra prácticamente similar a su capitalización en bolsa y como un tercio de las mismas debían más dinero que su valor bursátil. Esa deuda se produjo para financiar la alocada carrera de expansión internacional de estas empresas, expansión que ha acabado en muchos casos en un notable desastre, y cuyas consecuencias pagamos los españoles. Porque no nos engañemos; el Estado ha inyectado a la banca española más de 100.000 millones de pesetas, y ese dinero ha venido de su bolsillo y del mío, de una tremenda subida de impuestos, de brutales hachazos a nuestro Estado de Bienestar y de recortes a nuestros derechos sociales. Cabe preguntarse, pues, cuánto de este dinero ha ido destinado indirectamente a salvar a estas empresas del IBEX, y qué porcentaje de la deuda privada de estas empresas ha sido convertida en deuda pública merced a la sumisión ( black o no, da igual) de nuestra élite política. That´s the question.
España tiene un material humano excelente, y una potencialidad, a través de sus pequeñas y medianas empresas, notable. Que no nos vengan pues con milongas estas grandes empresas, que encima apenas crean empleo. Que se limiten a cumplir con la Ley y a tener un mínimo de ética. Ganaremos todos.