Enrique Domínguez. Economista.
Pero dentro de un orden; que no supere el 2% porque, si no, la señora Merkel se enfadará y volveríamos al estereotipo de los europeos del sur que solo saben gastar y gastar.
He aquí unos pocos datos para ilustrar la situación porque este comportamiento negativo de la inflación podría desembocar en un grave problema si se mantiene la baja actividad del mercado interior.
En 2013 la variación mensual del IPC en la provincia de Castellón fue negativa en cuatro meses y en 2014 en siete; la variación anual del IPC, es decir, la variación cada mes de los doce meses que terminan en éste, solo fue negativa en 2013 en octubre mientras que en 2014 lo ha sido en todos salvo abril; y la variación del IPC en lo que va de año es negativa en 2013 en seis meses y en todos, excepto abril, en 2014.
¿Qué pasa para que ocurra lo anterior? Teniendo en cuenta el poco dinamismo del mercado interior en 2013 y 2014, en éste último ha incidido claramente el descenso en el precio de los carburantes.
Pero, que el IPC se reduzca un 1,5% en 2014 no significa que la provincia haya entrado en una dinámica general de descenso de precios y de lo que eso podría representar, la deflación; es decir, una situación en la que las compras se retrasan ante la expectativa de nuevos descensos en los precios. Ya se ha notado algo más de actividad comercial en las navidades.
Si observamos la desagregación del IPC en subgrupos se constata que ese retroceso en los precios no es general; hay incrementos en los subgrupos de viajes organizados, hoteles y otros alojamientos, seguros, servicios médicos, dentales y paramédicos no hospitalarios y vehículos, entre otros.
Los descensos, además del subgrupo de bienes y servicios relativos a los vehículos, se manifiestan, entre otros, en los equipos y soportes audiovisuales, fotográficos e informáticos, en los servicios hospitalarios, en los artículos textiles para el hogar y en los electrodomésticos y sus reparaciones.
Esta situación de aumento de las tasas negativas en 2014, ¿continuará en este año que comienza?
El dato de enero de 2015 acentúa en unas décimas esa tendencia negativa de los precios motivada, una vez más, por la marcha del precio de los carburantes y, también, por el descenso cíclico provocado por las rebajas.
El descenso en el precio del crudo y, en menor medida, de sus derivados, está incidiendo positivamente en la competitividad de las empresas y puede propiciar un aumento de las exportaciones apoyado por la depreciación del euro; esto puede ser así, aunque va a depender de la capacidad económica de nuestros clientes. Una parte de ellos está en países emergentes, con problemas crecientes, y algo más de la mitad en la UE, con previsiones de crecimiento bajas y con tasas de inflación ligeramente positivas, pero alejadas del objetivo del 2%. Y el mercado ruso está en recesión.
En el caso español, el mercado interior parece que mejora ligeramente y crece un tanto la inversión con lo que el peligro de deflación no es tal. Dependerá de lo que dure el descenso del crudo, aunque parece que tenderá a estabilizarse en los 60 dólares, para ver hasta qué punto ha mejorado nuestra competitividad.
Tasas de inflación tan bajas no son buenas; el Banco Central Europeo va a adquirir deuda soberana con la finalidad de hacer posible también que la financiación llegue al ciudadano y a la empresa y, realmente, despegue la actividad en el mercado interior. Tiempo al tiempo, aunque hay prisa. ¡Queremos inflación; dentro de un orden, claro!