Miguel Bataller. Ciudadano del Mundo y Jubilado.
Con la llegada de la primavera, han llegado también los primeros síntomas del ataque de picaduras de los mosquitos.
Es un problema que se viene repitiendo en los últimos años y alcanza su apogeo en pleno verano aunque las larvas se originan unos meses antes, por lo que para combatir la plaga ya tendríamos que haber previsto los tratamientos adecuados en ésta época del año.
Las normativas europeas e incluso españolas, acabaron con los tratamientos que se realizaron en los últimos cuarenta años y que nos habían llevado a olvidar el insufrible martirio que representó en nuestra infancia y juventud la picadura de estos insectos durante los períodos más cálidos.
Ahora los legisladores que doy por supuesto que disfrutan de unos veranos en climas templados, donde el problema se minimiza, basados en unos estudios que no dudo que puedan ser muy concienzudos, priorizan el ecologismo tan moda en todas las sociedades desarrolladas y nos devuelven a los habitantes de la Costa Mediterránea, este “suplicio de Tántalo” que día a día y noche a noche, viene a martirizarnos entre Mayo y Septiembre cada año, con especial virulencia en los últimos tres años en los que han aparecido nuevos tipos de insectos cuyas picaduras levantan ampollas alarmantes.
Lo que sólo eran molestas picaduras, han llegado en caso de pieles muy sensibles a convertirse en auténticos problemas de salud pública, imposibles de combatir a nivel individual ni siquiera a nivel local , puesto que hay que encontrar soluciones globales al menos comarcales, provinciales o autonómicas, para poder ganarles la batalla a los incómodos y dañinos mosquitos.
A nivel municipal se hace lo que se puede, que es muy poco.
Se nos sugiere que se autorice a nivel personal los tratamientos de nuestros jardines o residencias de verano por los equipos municipales, pero por mucho que ellos trabajen y pretendan combatir las larvas con tratamientos de superficie, todo los esfuerzos serán insuficientes porque con el abandono actual de mucho suelo cultivable, de los canales de riego y acequias o similares, en todos esos lugares las larvas se convertirán en insectos y para nuestro castigo serán disparos al aire en vano.
Parece ser que en Nules dispusieron en un basurero o sumidero público, un vuelo rasante de un helicóptero que fumigó esa zona determinada y acabo con el foco mas importante de mosquitos de su zona playera, con éxito parcial en el tiempo y en el espacio.
Si ese es el camino a seguir me parece perfecto y sugiero que se imite en toda la zona costera donde se viva ese problema, pero mucho me temo que tampoco esa medida extrema que se aplicó allí pudiera ser legal en toda la costa.
No se pueden tomar medidas locales cuando el problema es provincial o al menos comarcal, y por lo tanto estimo que debemos cambiar el planteamiento, y volverlo del revés a nivel de nuestra Diputación en nuestra comarca o provincia.
Debería de presentarse como un problema de salud pública aunque para ello se tuviera que luchar contra ese ecologismo exacerbado, que parece pensar más en los insectos o pajaritos que en la salud de sus hijos y nietos incluso la suya propia.
Muy probablemente ninguno de ellos haya tenido que sufrir ningún problema muy importante, y tengamos que esperar a que muera alguien por una reacción alérgica o una disfunción orgánica causada por una picadura, para tomar medidas drásticas.
Ya el verano pasado escribí sobre este tema y la Concejal de Sanidad de Burriana la Doctora Chelo Suay tuvo el detalle de mandarme todas las normativas europeas vigentes por lo que sé que lo que sucede no es imputable a la pereza o falta de profesionalidad de nuestros responsables sanitarios, pero a ellos es a quienes corresponde encontrar una solución lógica para un problema tan candente, antes de que volvamos a tener unos meses de Junio, Julio y Agosto insoportables.
La Diputación o la Consejería de Sanidad deben tomar las riendas para encontrar una solución global, porque los mosquitos no están empadronados ni en Burriana, ni en Moncofa, Nules, Almassora, Vila-real o Castellón.
O se le da un solución global al problema o cada una de esas ciudades podrá verse perjudicada por los mosquitos de su vecindario, ya que para eso no hay fronteras ni modo de controlarlo.
Lo denuncio y expongo a primeros de Mayo, quizás demasiado tarde, pero más vale tarde que nunca.