Alberto Fabra, presidente en funciones del Consell en la Comunitat Valenciana, ha confirmado esta tarde que no tiene intención de volver a presentarse para dirigir el Partido Popular en la Comunitat Valenciana. Según algunos rumores, Fabra era partidario de renunciar cuanto antes a esta presidencia, pero habría tenido que aceptar la exigencia de su partido, de esperar hasta el Congreso del 2016, para no perjudicar al PP en las elecciones generales. El político castellonense ha tenido que pelear en la etapa más dura de la crisis y de su partido. El presidente del PPCV ha pedido a los militantes “serenidad, unión, visión de futuro y compromiso, poniendo el proyecto popular por encima de personalismos
EM/Castellón Información
El presidente del Partido Popular de la Comunitat Valenciana (PPCV), Alberto Fabra, ha anunciado esta tarde durante el transcurso de la Junta Directiva Regional que no optará a la reelección a la presidencia del partido en la celebración del próximo Congreso Regional.
Fabra ha reconocido asumir los malos resultados de las elecciones del pasado domingo “resultados que no esperábamos y que han sido sorprendentes y decepcionantes”. En este sentido ha destacado que “es necesario construir un nuevo partido y conseguir volver a gobernar muchos de los ayuntamientos que hemos perdido y la Generalitat Valenciana”.
El presidente del PPCV ha pedido a los militantes “serenidad, unión, visión de futuro y compromiso, poniendo el proyecto popular por encima de personalismos para conseguir la renovación que el partido necesita”
Alberto Fabra pagará con su cargo al frente del PP en la Comunitat Valenciana, el fracaso electoral de los populares, que, pese a haber sido el partido más votado, no podrá gobernar en la próxima legislatura.
La noticia saltaba como un rumor hoy al mediodía, después de que Alberto Fabra se lo comunicara a la coordinadora electoral, Isabel Bonig y a los presidentes del PP en las tres provincias. Pero no ha sido hasta hace un rato, en el Comité regional, cuando ha sido confirmada oficialmente.
De hecho, fuentes consultadas señalan que Alberto Fabra ya informó de sus intenciones ayer, en el Comité de Madrid, y señaló que pretendía dejar cuanto antes este cargo. Pero, señalan las mismas fuentes, Fabra habría tenido que postergar esta renuncia hasta el Congreso del PP a principios del 2016, para no dañar los intereses del PP frente a las elecciones Generales.
Alberto Fabra lleva prácticamente toda la vida como militante popular. Primero a través de Nuevas Generaciones, después en el partido donde fue presidente provincial mientras estuvo como alcalde de la ciudad de Castellón; y finalmente como presidente regional del Partido Popular hasta ahora.
Un político honesto
Cuando el Partido Popular en Madrid vio venir los escándalos que podrían llegar a sucederse con las gestiones derivadas de Zaplana y Camps, las acusaciones de corrupción, el tema Gürtel y todo lo que iba saliendo, fundamentalmente en la Comunitat Valenciana; y cuando además, se abrió juicio oral a Camps por el tema de ‘los trajes’, se hacía necesario buscar un candidato que estuviera libre de cualquier mancha y de toda duda.
Esto sucedía en julio del 2011, cuando Alberto Fabra, que había sido reelegido por mayoría absoluta en Castellón, fue designado como presidente de la Generalitat.
Al frente de la Generalitat y del PP de la Comunitat Valenciana, Fabra no ha tenido ni un respiro. Se comentaba que ‘las familias de Valencia’ asumieron muy mal este nombramiento, y en consecuencia, Fabra tuvo que tragar e imponer su autoridad para mantener a raya las zancadillas que le ponían los propios del PP.
Fue Fabra el que impulsó la necesidad de establecer líneas rojas, el que pidió más democracia interna y externa; el que ha tenido que asumir el duro papel de pedir e imponer la dimisión a compañeros procesados por corrupción, porque no salía de aquellos abandonar el cargo.
A Fabra se la ha buscado por activa y por pasiva, como acusarle, como implicarle en cualquier tema que pudiera desacreditarle. Por lo que se ha visto hasta el momento. O no lo hubo o no se lo encontraron.
Y si a todo eso se le suma el estado de quiebra en el que se encontraba la Generalitat cuando asumió el mando, en medio de una crisis que ha tardado varios años en remitir… el resultado estaba cantado, por mucho que el PP centrara su campaña en la gestión, la cercanía con el ciudadano, y en una Elecciones Locales que tienen a votar a la persona más que a las siglas.
El 'Todos contra el PP' propugnado por el resto de los partidos ha dado sus frutos. El ciudadano está harto de escándalos, harto de corrupciones, pero sobre todo, harto de los políticos, en general. El Partido Popular no ha sido el único castigado por los ciudadanos. Izquierda Unida ha perdido su puesto en las cortes y la mayoría de sus actas de concejales; el PSOE ha sido penalizado con los peores resultados y también ha perdido espacio político. Solo Compromís sale reforzado, al tiempo que partidos como Ciudadanos o Podemos, en sus diferentes presentaciones, han aglutinado el voto de los indecisos y los descontentos. ¡Ojo! se pide un cambio, pero no solo para el PP, sino para toda la clase política y la relación entre los ciudadanos y sus gobernantes. No es tanto cuestión de siglas como de formas, maneras y entendimientos.
