Cáritas Diocesana ha presentado esta mañana la ‘Semana de la Caridad’ y la memoria correspondiente a 2014. Los datos de Cáritas señalan que el número de asistencias es similar al de años anteriores, 74.000 personas, pero las situaciones que se presentan son mucho más extremas. En este sentido, tanto el Obispado como Cáritas piden a los ciudadanos que no desvíen la mirada y afronten compromisos. La campaña “Qué haces con tu hermano” pretende despertar la sensibilidad y la colaboración en programas en los que no solo se palía la situación puntual de pobreza o desasistencia, sino que se ‘acompaña’ y se crean lazos de integración interactivos.
EM/Castellón Información
Con motivo de la celebración, el domingo 7 de junio, del Día de Caridad, Cáritas lanza la segunda fase anual de su campaña institucional 2014-15 que lleva como lema “¿Qué haces con tu hermano? Ama y vive la justicia”. La campaña ha sido presentada esta mañana en rueda de prensa con la intervención de: Casimiro Lopéz, obispo de Segorbe-Castellón; el delegado Episcopal en Cáritas, Juan Manuel Enrich, y el director de Cáritas, Juan Manuel Aragonés.
Durante el encuentro con los medios de comunicación, también se ha presentado la Memoria de Cáritas correspondiente al 2014.
Juan Manuel Aragonés ha señalado a Castellón Información que es difícil señalar si la pobreza aumenta o no. Se pueden citar los datos que se recogen en la memoria, que apuntarían a que el número de asistencias es similar al de años anteriores (74.000 personas atendidas); por lo que cabría reseñar no es tanto el número como la situación en la que acuden las personas en petición de ayuda, y que es cada vez más extrema. Son personas a los que ya no quedan recursos. Personas que han perdido su dignidad y su confianza y que requieren, no solo de una intervención puntual para que coman cada día o puedan pagar sus recibos, sino también, un tratamiento más profundo y personalizado.
La Campaña “¿Qué haces con tu hermano? Ama y vive la justicia”, señalaba Aragonés, incide precisamente en este punto. En un mundo tan tecnológico y tecnificado, las personas cada vez están más solas, se fomenta el individualismo; pero cuando, además, fallan los recursos, se pierde la dignidad y los individuos tienen a excluirse, a convencerse de que no sirven para nada.
En este sentido, Cáritas actúa sobre los problemas puntuales, pero también sobre las personas con una función de acompañamiento. Acompañamiento que puede traducirse de muchas maneras, escuchando, hablando, integrando en grupos, facilitando atención y formación, pero siempre con el objetivo concreto de que las personas recobren su dignidad y puedan salir por si mismos de la situación en que se encuentran.
La novedad que se presenta ahora, es que el de que esa integración no se realice solo en una dirección, que las personas a las que se atiende se comprometan a su vez con este proyecto de ayuda.
En este momento, Cáritas tiene 1.074 socios y más de 1.000 voluntarios. Aragonés ha agradecido especialmente a estas personas todo su apoyo para poder desarrollar la función que tienen encomendada
Semana de la Caridad
En el marco de la festividad del Corpus Christi, Cáritas invita a vivir esta jornada como una oportunidad para construir una nueva fraternidad universal basada en la defensa de la dignidad y los derechos de todas las personas. Durante su presentación se ha recordado que según el díptico divulgativo del Día de Caridad, “absolutamente todos somos convocados por Dios a vivir la fraternidad, la mesa compartida, construyendo y rehabilitando la vida desde una nueva forma de relación con el otro, especialmente, con las personas que menos tienen, que más sufren”.
La campaña “¿Qué haces con tu hermano?”, plantea preguntas pero también respuestas. Pide mayor sensibilidad ciudadana, solidaridad, participación, y colaboración para sacar adelante el proyecto y el trabajo de Cáritas, mediante las donaciones, pero también mediante las labores de voluntariado.
Iglesia, servidora de los pobres
Por otra parte, durante la rueda de prensa se ha entregado también el documento resumen de pasado viernes, 24 de abril, en Ávila con la aprobación de la Instrucción Pastoral Iglesia, servidora de los pobres.
En este documento, los obispos quieren compartir, con los fieles y con quienes deseen escuchar su voz, su preocupación ante el sufrimiento generado por la grave crisis económica, social y moral que afecta a la sociedad española y su esperanza por el testimonio de tantos miembros de la Iglesia que han ofrecido lo mejor de sus vidas para atender a quienes más sufrían las consecuencias de la crisis.
Estructurada en cuatro partes, la Instrucción pastoral comienza analizando la situación social actual (1) y los factores que están en su origen y lo explican (2). Seguidamente enumeran los principios de la Doctrina social de la Iglesia que iluminan la realidad (3) y ofrecen su propuesta desde la fe.
La cuarta parte de La Iglesia, servidora de los pobres, ofrece ocho propuestas esperanzadoras desde la fe para vivir el compromiso caritativo, social y político.
Promover una actitud de renovación y conversión, que nos identifique con Cristo y que salga al encuentro de los pobres, siendo instrumentos para su liberación, promoción e integración en la sociedad.
Cultivar una espiritualidad que impulse al compromiso social. Sólo el encuentro con el Amor de Dios, puede transformar y purificar los corazones de los discípulos, cambiándolos de egoístas y cobardes en generosos y valientes; de estrechos y calculadores, en abiertos y desprendidos.
Apoyarse en la fuerza transformadora de la evangelización, porque el anuncio del Evangelio, fermento de libertad y de fraternidad, ha ido acompañado siempre de la promoción humana y social de aquellos a los que se anuncia.
Como consecuencia de lo anterior, profundizar en la dimensión evangelizadora de la caridad y de la acción social, desde el testimonio personal y sin olvidar el anuncio explícito de Jesús. Tenemos, además, el reto de ejercer una caridad más profética. No podemos callar cuando no se reconocen ni respetan los derechos de las personas, cuando se permite que los seres humanos no vivan con la dignidad que merecen.
Promover el desarrollo integral de la persona y afrontar las raíces de las pobrezas. Además de atender a las necesidades más urgentes, el acompañamiento de las personas es la base de la acción caritativa: No se trata sólo de asistir y dar desde fuera, sino de participar en sus problemas y tratar de solucionarlos desde dentro.
Defender la vida y la familia como bienes sociales fundamentales.
Afrontar el reto de una economía inclusiva y de comunión. La reducción de las desigualdades debe ser uno de los objetivos prioritarios de una sociedad que quiera poner a las personas, y también a los pueblos, por delante de otros intereses.
