Miguel Bataller. Ciudadano del Mundo y Jubilado.
En plena vorágine postelectoral, nuestros cargos electos presentan sus peores perfiles y se descubren todas sus deficiencias inherentes a su condición de políticos ‘maletillas’.
Me refiero fundamentalmente a todos esos ‘aprendices de políticos’, sin el más mínimo conocimiento de lo que se llevan entre manos, que la noche del 24 de Mayo reían alborozados al verse inesperadamente con la posibilidad de poder formar parte de los equipos de Gobierno de muchos municipios en coaliciones de izquierdas.
Todos esos jóvenes y menos jóvenes, que nunca habían entrado en un Ayuntamiento más que para tramitar papeles sin importancia, se veían de repente sin comerlo ni beberlo ante la posibilidad de tener asegurados durante cuatro años unos ingresos que nunca habían logrado ni soñado lograr en sus actividades profesionales, los que las tuvieran, ya que bastantes lamentablemente ni siquiera habrán cobrado sus primeras nóminas oficiales en empresas privadas, ni las cobraran nunca ya.
Después de ese sueño momentáneo poco a poco van despertando.
Durante la campaña electoral, todos ellos sin excepción juraron y perjuraron que su principal objetivo no era una silla en la que estar sentado en los plenos municipales, sino trabajar por sus pueblos para el bien común.
Y al igual que en Burriana, en muchos municipios no se han logrado mayorías absolutas (en este sentido Villarreal es la excepción próxima que confirma la regla) y por lo tanto se han tenido que conformar equipos de Gobierno heterogéneos y pactar entre varias fuerzas para poder garantizar la gobernabilidad.
Y ahí empieza un circo inexplicable, en el que se olvidan todas las promesas y cada partido (y en bastantes casos cada persona) empieza a tensar la cuerda, olvidándose de la ‘maravillosa fraternidad de las izquierdas’ para conformar un cinturón sanitario contra las candidaturas del PP, como si los populares en vez de conciudadanos fuesen apestados.
Hasta ese momento, en tal de no permitir gobernar al Partido Popular (que salvo pocas excepciones había sido el más votado) todo eran besos y abrazos.
Cuando se llega a la decisión de lo que van a cobrar cada uno de ellos, en función del cargo que ocupen, se inicia una nueva lucha fratricida por el poder.
Yo no sólo no se respeta que la Alcaldía le debe de corresponder al partido mas votado y empiezan a plantearse situaciones tan rocambolescas como repartir el cuatrienio y rotar en algunos casos dos y hasta tres Alcaldes dentro de la misma Legislatura proporcionalmente al número de concejales obtenidos por cada partido.
Y no se sorprendan si ‘a posteriori’, los mismos concejales de cada partido no reivindican también su derecho a ser Alcaldes aunque solo les correspondan pocas semanas o meses.
Les puede parecer kafkiano, pero no lo es.
Todos pierden de vista los intereses de sus ciudades, para pensar primero en los intereses de sus partidos e incluso finalmente en los suyos propios.
Es cierto que no luchaban por una silla de concejal.
Llegado el momento de la confusión…. ¿Por qué no aspirar al sillón del Alcalde?
Ahora comprendo las dificultades que encontraban algunos cabezas de lista para completar las mismas.
¿Qué persona con una formación personal normalita, se iba a meter en esa jaula de grillos, para acabar menospreciado, criticado e incluso insultado?
Me consta que ese juego de la confusión esta sucediendo no sólo en Burriana, sino en muchas otras ciudades y pueblos de una España, que el próximo sábado habrá liquidado de un modo o de otro todo ese galimatías que avergüenza a la gente normal.
Pero eso no significa que los problemas se han solucionado, sino aplazado.
Por mucho que a ellos les interese decir que “son lo mismo”, socialistas, votantes de Podemos, de Compromis, de Izquierda Unida o de cualquier otra tendencia de izquierdas, pueden tener muy poco en común y por eso no iban todos bajo las mismas siglas.
Y si a sus egoísmos partidistas o personales, añadimos sus diferencias ideológicas y su inexperiencia de Gestión Municipal el futuro no es nada prometedor.
Se me podrá argumentar que en Villarreal el cuatripartito ha sido un éxito.
Sí, pero sólo para el PSOE, que al parecer ha tenido ahora la deferencia de incorporar a su equipo de Gobierno también a algunos buenos gestores de Compromís.
Los otros dos partidos han sido borrados del mapa municipal de un plumazo.
Y allí se articuló el Gobierno Municipal en torno al PSOE que tenia muchos mas concejales que nadie.
En otros sitios habrá ‘peleas de gallos’ porque habrá mas paridad y menos diferencias de representatividad entre ellos, y ya veremos como acaban.
De momento, me da la sensación de que han actuado como imbéciles hasta ahora…..el tiempo me demostrará si solo lo parecen, o lo son con absoluta certeza, tanto a nivel municipal como autonómico en toda la España que ha votado.
El ‘cinturón sanitario’, una medida ridícula y antidemocrática que en Cataluña algunos la han pagado muy cara, y aquí hay alumnos aventajados del PSC, ERC y CIU.