Miguel Ángel Cerdán. Profesor de Secundaria.
El sábado 13 de junio se constituyeron las nuevas corporaciones municipales. En buena parte de los Ayuntamientos cambió el Alcalde y el color político del equipo de Gobierno. En Benicàssim no. En Benicàssim continúa siendo alcaldesa Susana Marqués, con seis concejales sobre diecisiete, pues se ha mostrado incapaz de tejer ningún acuerdo con ningún grupo político. Tampoco la Oposición ha podido articular una mayoría de gobierno. Mucho se ha hablado sobre la situación, y mucho se hablará.
Unos echan las culpas a unos, otros echan las culpas a otros. Sin embargo hay un factor determinante que en mi opinión explica lo ocurrido en Benicàssim, y ese factor fue el ‘Coup d´état’ que se montó contra Gustavo Ramón, el portavoz socialista de la anterior legislatura, y su sustitución como candidato por un candidato cunero, por alguien que no sabía nada de Benicàssim y del que se dice que ni siquiera pudo votar en la localidad benicense al estar empadronado en Castellón. ¿Cómo es posible que los socialistas cometieran semejante torpeza?
Y es que cualquiera que conozca Benicàssim sabe que Gustavo Ramón, nacido en Benicàssim, es apreciado por sus vecinos, que es alguien preparado e inteligente, que es amable y buena gente. Es por ello por lo que si Gustavo hubiera encabezado la candidatura del PSOE sin ningún género de dudas, en lugar del desastroso resultado que obtuvo la candidatura socialista, con apenas 3 concejales de 17, los resultados hubieran sido otros. Y Gustavo hoy sería el Alcalde de Benicàssim y una corporación de izquierdas gobernaría la ciudad. Y además, ni Ciudadanos ni ARB hubieran puesto ninguna objeción a esa situación, y tal vez se hubieran sumado al pacto. Esa es la tozuda realidad.
Ahora bien, ¿cómo se ha llegado a esa situación? Bueno, ya saben ustedes eso de que en política, como dijo Adenauer, hay “enemigos, enemigos mortales y compañeros de partido”. Pues bien, la llegada a la Secretaria General del PSPV de Benicàssim de Adolf Piquer ha sido determinante. Piquer, un personaje que refleja a la perfección en qué se han convertido los partidos españoles tradicionales y lo que es la ‘vieja política’, se dedicó a boicotear a Gustavo y a segar la hierba bajo sus pies.
Finalmente, atendiendo a meros criterios internos grupales y no ciudadanos, dio el golpe final con el desembarco no explicado suficientemente de Miguel Álcalde, que ya fue hace muchos años concejal en Castellón. Esta es la explicación más tranquilizadora; que la triste condición humana actuó. Porque la otra es mucho más inquietante y no me la acabo de creer; no creo que en Benicàssim exista el caciquismo y que se pongan y quiten Alcaldes en función de lo que les interese a unos pocos.