Vicente Guillamón. Concejal del Grupo Popular en el Ayuntamiento de Castellón.
La semana que viene acaba el verano oficialmente. Es posible que siga haciendo calor pero la temporada turística habrá tocado a su fin y el verano de 2015 será ya agua pasada. Con sus altas temperaturas, sus episodios de lluvias torrenciales, sus vertidos de aguas contaminadas con cierre de playas incluido y, como no, con su plaga de mosquitos.
Este ha sido sin duda el problema del que más se ha hablado y sufrido durante el verano, las picaduras de unos insectos que se han reproducido por millones y que han causado estragos en toda la costa mediterránea y sobre todo en zonas como el Grao de Castellón donde terrenos como el de la Marjalería son el mejor caldo de cultivo para estos animalitos.
Por eso en el Grupo Municipal Popular lanzamos la voz de alarma desde el primer momento y presentamos una moción en el Pleno que fue secundada por todos los partidos políticos con representación municipal. Había que coordinar esfuerzos, implicar a la Generalitat y a la Diputación y sobre todo, poner en marcha todos los tratamientos posibles que mitigaran al máximo la proliferación de estos insectos. Quiero creer que desde el equipo de gobierno bipartito del Ayuntamiento de Castellón se ha hecho todo lo humanamente posible para combatirlos pero estoy convencido de que se llegó tarde, no se supo reaccionar a tiempo y este episodio de crisis de salud pública se extendió también al sector turístico.
Muchas han sido las voces que se han alzado estos meses contra la inacción de nuestros gobernantes porque muchos han sido los turistas que nos han visitado y sufrido en sus carnes las picaduras. Poco se ha hecho por restablecer la imagen de nuestras playas y lamentablemente nuestro atractivo turístico se ha visto ensombrecido por las molestias de estos visitantes.
El equipo de gobierno no ha sabido reaccionar y la única propuesta en materia turística que ha trasladado a los castellonenses en todo el verano ha sido la creación de un parking de autocaravanas al lado del Planetario. Y aunque no es mala idea, desde el Partido Popular pensamos que ni es el lugar adecuado ni el momento de invertir en ese proyecto parte del superávit que dejó el anterior equipo de gobierno gracias a su excelente gestión.
Por eso y porque existen razones legales y urbanísticas que lo desaconsejan, planteamos en el último Pleno su desestimación a cambio del proyecto de acondicionamiento del entorno del polideportivo Emilio Fabregat. Estamos convencidos de que esta obra entusiasma más a los vecinos que también han visto como el nuevo carril bici que discurre por la calle paralela al polideportivo les quita más zona de aparcamiento.
En cualquier caso, socialistas y nacionalistas lo tienen claro, lo primero las autocaravanas y después los vecinos. Ya veremos qué opinan los graueros cuando la parcela esté plenamente operativa el verano que viene. De momento, el actual toca a su fin y, sinceramente, este año no me provoca ninguna pena si con el final del verano desaparecen también, para siempre o hasta el año que viene... los dichosos mosquitos.