Javier Valls. Director de Formación y Empleo de la Cámara de Comercio de Castellón.
La mayoría de las personas que no somos profesionales especializados en el marketing on line, hemos asistido como mínimo a alguna conferencia, charla, jornada, taller,… en el que se aborda la imperiosa necesidad de introducirse en el mundo digital como oportunidad de negocio.
Luego, dependiendo de los conocimientos del ponente o de cómo los transmite o, porque negarlo, de cuáles sean sus reales intenciones impartiendo la ponencia, uno puede llegar a conclusiones más entusiastas o menos de qué hacer con ese otro mundo, el on line, que es tan real como ese que podemos llamar off line.
Soy de esos que ha asistido a varias conferencias, algunas muy recientemente. Al final, me van quedando algunas cosas claras, como que el paso al on line debe partir de quién sabe del negocio, ya sea del directivo o del autónomo, de su propio convencimiento, de que antes de lanzarse alegremente a crear una página web o abrir un Facebook de empresa, uno tiene que pasar mucho tiempo en el back office, analizando cómo podemos ver nuestro negocio trasladado a ese ámbito digital, y qué objetivos nos proponemos y de qué recursos disponemos. Después vendrá el momento de planificar nuestra estrategia, de asignar esos recursos internos y externos necesarios, de evaluar, corregir, medir, evolucionar,…
Podemos darle la espalda a esa oportunidad, podemos conformarnos con contratar a un profesional que nos haga una página web vistosa, atractiva, dónde nos presentamos y anunciamos nuestros productos y servicios, que muy de vez en cuando actualizamos, y con eso pensar que ya estamos en la onda innovadora, aunque resulta que no sabemos ni cuántos ni quiénes nos visitan, ni si tiene alguna repercusión en la cuenta de resultados.
Insisto, no soy un profesional del marketing on line, pero probablemente, hoy en día, eso no sea ya suficiente para abordar ese paso, porque lo cierto es que cada día se incorporan nuevos clientes, nacidos en la era digital, y si los queremos, tendremos que jugar con su lenguaje, con su tecnología.
Podemos optar por subcontratar el paso a ese mundo on line a una empresa especializada. Uno de los consejos que me dieron es que sepan de negocio, no sólo de herramientas. Y tengamos en cuenta la dependencia externa que nos puede generar. La otra opción es asumir ese paso internamente, que requiere casi inevitablemente incorporar personal. Y, nos queda, como en casi todo, una fórmula mixta, que igualmente requerirá contar con personas en la organización con conocimientos adecuados, aunque una parte, más o menos importante se subcontrate.
Cualquier que sea la opción, requiere que nos preparemos, que nos formemos, que descubramos los entresijos de ese mundo que, además, cambia muy rápido, a veces por los caprichosos algoritmos de un todopoderoso Google. No podemos estar al margen, tenemos que conocer los mimbres.
Y, si nos formamos, al igual como cuando confiamos en un profesional externo nuestro negocio, hagámoslo con los que nos den garantías, con los que están a la vanguardia de este irreverente mundo digital.