El portavoz del PSOE llevó al límite a Moliner durante el pleno, pero con el Castor admitió que se estaba burlando de Barrachina
No quedó títere con cabeza. Ese fue el resumen de otro pleno maratoniano en la Diputación de Castellón, en el que el portavoz socialista, José Benlloch, llegó a llevar al ‘infierno’ a Javier Moliner, e incluso ejerció como presidente de Diputación, hasta en tres ocasiones, hasta que perdió los nervios con Barrachina y reconoció “que se estaba burlando de él”. No faltaron los ingenios, las amenazas, las acusaciones, los amagos de denuncia… en un ‘reparto dialéctico’ donde no se libraron ni los periodistas
Esperanza Molina/ Castellón Información
El último pleno del año en la Diputación Provincial tenía como punto estrella la aprobación de los presupuestos del 2016, que saldrían adelante con los votos del equipo de gobierno del PP. Pero la sesión fue, sobre todo, un concurso de ingenios, en el que no quedó títere con cabeza. Un ejercicio pre- electoral, más parecido a un debate televisivo que a un pleno.
Que Javier Moliner no tiene en frente al antiguo portavoz del PSOE, Francés Colomer, al que podía capear con soltura, eso está claro. Pero aunque ya podía prever al principio de la legislatura que el representante del Grupo Socialista le iba a resultar un poco más correoso de masticar, no se imaginaba entonces hasta qué punto.
Y es que, José Benlloch demostró ayer tarde que le había tomado la medida al PP y a su presidente, con tanto acierto, que hasta en tres ocasiones llegó a ejercer de presidente de la Diputación, mandando, ordenando y decidiendo quien tenía la palabra, o si debería continuar o no la sesión...
El portavoz del PSOE llegó a llevar a Moliner a un antiguo infierno a través de una progresiva provocación, tranquilo, con la sonrisa en la boca, y citando aquella frase que ya se ha hecho famosa en los últimos debates de los líderes nacionales de “tranquilo, Sr Moliner, tranquilo”.
La estrategia: cuestionar la Diputación como institución
El tema de fondo, a lo largo de toda la sesión, era poner en cuestión, una y otra vez, la figura de la Diputación como institución. El argumento fue utilizado en diferentes momentos por todos los grupos políticos, quizá porque es el tema fundamental que defiende a capa y espada Javier Moliner desde la presidencia, y cualquier duda al respecto levanta ampollas.
Pero en este pleno hubo ‘bofetadas dialécticas’ para todos.
La primera enganchada se produjo a tenor de la solicitud de explicación de voto solicitada por Benlloch, tras aprobarse el punto relativo a la estrategia provincial para el fomento del empleo, emprendimiento y promoción económica del 2016.
En el uso de la palabra, el portavoz socialista se fue por los cerros de Úbeda donde aprovechó para cuestionar la gestión de la Diputación y la validez de la institución, si tiene competencias y como las tiene.
Moliner le dejó hablar, pero no pudo evitar un comentario que decía algo así como: “tras la suigéneris intervención de…” Y con eso bastó para prender la mecha. Benlloch solicitó que se retractara; el presidente señaló que su interpretación de voto no se aguantaba y que reconocía en ello una constante intención del socialista a la provocación. Benlloch precisó que sus intenciones eran suyas y que dudaba que el presidente las conociera. Y así discurrió la cosa hasta que el alcalde de Vila- real llegó a acusar al equipo de gobierno de limitar su libertad de expresión.
Recorte del capítulo de ‘personal’
Desde la oposición, se pusieron sobre la mesa cuestiones como: Si los funcionarios que había realizaban bien su trabajo y eran necesarios antes ¿por qué se recortaba la plantilla?; o Si sobraban antes ¿por qué se los mantuvo hasta entonces?.
La concejal de Ciudadanos criticó los fondos dedicados a los asesores del equipo de gobierno. El PP salió a destajo y recordó que Ciudadanos tenía un asesor y había solicitado más, por lo que no medía con el mismo baremo en todos los casos.
Debate de presupuestos
El debate de presupuestos, que ya trató este periódico en su información de ayer, no aportó más novedades que las conocidas. El Grupo Popular defendió su previsión. El diputado económico, Miguel Barrachina resaltó el incremento de 23 millones para inversiones y servicios, gracias a la excelente previsión de Javier Moliner; y el alcalde de Vila-real, José Benllóch acusó al gobierno con frases como “su presupuesto ha dejado a la altura del esparto a los de Carlos Fabra.
A estas alturas, ya todo era campaña electoral. Nervios en la sala y caras de todos los colores. Y aquí fue cuando José Benlloch volvió a cargar y aprovechó cada discurso del equipo de gobierno para resaltar cada palabra ‘cuestionable’ y establecer una continua relación del PP de Moliner con Carlos Fabra... “Ustedes se han escandalizado con el debate de ayer y hoy nos han llamado de todo”, apuntó, para acentuar aún más su posición: “Han dejado a Carlos Fabra de Aprendiz”…
En una de las intervenciones de Benlloch, el presidente Moliner le pidió que fuera terminando y se produjo otro encontronazo. Benlloch respondió. Moliner le indicó que se había pasado de tiempo. Benlloch, que si le interrumpía seguro que se pasaba… y mientras Moliner intentaba guardar la calma, Benlloch seguía. El del Psoe acabó cuando quiso. Y no solo eso, se permitió además cuestionar el tiempo utilizado por el resto de los intervinientes, e incluso, decidir por sí mismo si se reanudaba o no la sesión.
Los “come-curas de la izquierda”
¿Podía ser más obtuso el pleno? Pues lo fue. Esta vez a costa de los Reyes Magos. Compromís volvió a insistir para que la Imprenta Provincial asumiera la impresión de 300 cartas a los Reyes Magos para los municipios. Ciudadanos terció con que daría su apoyo si la mitad eran en castellano y la otra mitad en valenciano. El diputado de Cultura habló del gasto innecesario y el ahorro presupuestario. Compromís sacó a relucir el espíritu de la Ley. Y Sales se despachó: “Lo que me sorprende es que las izquierdas come-curas demanden las cartas a los Reyes Magos”. Solo Compromís votó a favor de sí mismo. (Benlloch sonreía y repetía desde su banco: “¡viva el espíritu navideño!).
“Nadie me dice como ser un buen valenciano”
Para cerrar el despacho ordinario se trató la moción del PP, en la que se hacía eco de la petición de la Asociación en defensa de la Tradición del ‘bou al carrer’, que proponía, entre otras cosas, mantener las señas de identidad aprobadas como BIC por la Generalitat Valenciana antes de la renovación e gobierno tras las pasadas elecciones autonómicas.
Fue defendida por la diputada Elena Vicente Ruiz, que hizo uso de todos los argumentos habidos y por haber, relacionados directa o indirectamente con el tema.
El trasfondo de la cuestión estaba en que el PP quería respaldar a toda costa la calificación de BIC, pero además, intentaba suscitar debate a su favor con el tema del toro, que el PSOE y Compromís no pueden cuestionar en los municipios porque les restaría votos.
No hubo consenso. El Grupo Socialista ofreció apoyo al PP si se retiraba el primer punto del texto. Éstos aludieron a que, como era una propuesta de una asociación externa no podían.
Benlloch toreó el tema con acierto y volvió a crispar al PP, mientras señalaba “no estamos dispuestos a que nadie del PP nos diga que es ser un buen valenciano o un mal valenciano”.
El presidente, Javier Moliner quiso mantener la calma pero dijo que los socialistas tenían la cara muy dura cuando se posicionaban en función de lo que les conviniera. Benlloch se quejó del trato y de la expresión, a lo que Moliner no tuvo más remedio que controlar y arreglar la cita: “no le he llamado caradura, le he dicho que tiene más cara que espalda”…
Compromís acusa a los periodistas del gabinete
Y como tenía que haber para todos, se sacó a relucir una cita desafortunada y ofensiva de Enric Nomdedeu… y el diputado Trenco de Compromís entró al trapo…
Xavier Trenco perdió los papeles, vertió acusaciones muy fuertes contra la gestión de la Diputación…. Y puestos a repartir, también la prensa se llevó su parte. Primero, y en este punto, los del gabinete de comunicación de la Diputación, a los que Trenco, acusó de manipular las noticias. El presidente Moliner lo amenazó con una querella si no se retractaba. El diputado nacionalista puntualizó: “yo he dicho que los medios de comunicación que tienen ustedes utilizaron las palabras de forma errónea”... Moliner repitió su amenaza. Compromís se retractó…
Benlloch ataca de nuevo
Y Benlloch echó más leña al fuego tras una de las mociones del despacho extraordinario relativo a un convenio con la Agencia de Saneamiento. Benlloch pidió explicación de voto, que utilizó para decirle a Moliner que el dinero de la Diputación solo iba para los pueblos del PP.
Y aquí la paciencia de Molienr se acabó y se produjo un desagradable intercambio de acusaciones entre el presidente de la Diputación que acusaba a Benlloch “Es usted un provocador, lleva provocándome todo el tiempo”. Mientras el portavoz socialista respondía con alusiones al debate de los líderes nacionales.
Y ya hubo de todo, que “si usted aprovecha sus turnos para provocar a costa de otros temas”, por parte de uno. Que “hago lo mismo que sus diputados” con respecto a su intervención sobre los temas tratados… dijo el otro…
Y con una crispación increíble en el ambiente, el diputado popular Aguilella intentó sumarse al debate… Benlloch se volvió hacia el diputado popular al que se dirigió con autoridad: “A usted ¿quién le ha dado la palabra?
Bofetadas dialécticas para todos
Todavía hubo para más: la moción del PP, para la protección de los pequeños municipios, que Compromís interpretó como un ataque.
Cristina Gabarda justificó las tesis de su partido sobre la necesidad de unificar la administración de los pueblos pequeños, que afirmó, no significaba su desaparición, pero si la mancomunidad de sus servicios.
Compromís se sumó al PP, si defendía a los pueblos del interior. Por el Grupo Socialista, Toni Lorenzo, no pudo dejar de observar: “no vamos a entrar en asuntos de familia”, refiriéndose a los desacuerdos de PP y Ciudadanos. Vicente Sales (PP), remató, al señalar que el PSOE se estaba convirtiendo en el Partido Socialista Independiente de Castellón, o quizá preparando el camino para votar a Albert Ribera como presidente cuando Pedro Sánchez perdiera las elecciones”.
Gabarda acusó a los políticos de ‘la vieja escuela’ de “querer conservar sus sillitas”. Nuevo rebote en la sala por todos los frentes. PP y PSOE se sulfuraron. Intervino Lorenzo…Y siguió un toma y daca, en el que la diputada de Ciudadanos pidió la palabra “por alusiones”.
Moliner se mostró sorprendido: “¿se ha sentido aludida? Preguntó. Y la diputada de ciudadanos contestó quizá de forma un tanto ingenua: “Ha estado diciendo mentiras todo el tiempo (refiriéndose a Lorenzo), me he sentido atacada”.
El resto del debate de este punto se volvió contra Ciudadanos, que recibió de cara todas las ‘bofetadas dialécticas’ y sabios consejos, como que visite más los pueblos del interior de la provincia para conocer su identidad.
Benlloch pierde los nervios: “me he burlado de usted”
Pasaban las 17:30 horas cuando se abordó, por fin, el último punto del día. Una moción del PP para que se trasladara a fiscalía un artículo publicado por Interviu en torno a una maniobra socialista para ‘mover las fronteras marítimas' y facilitar la ejecución del proyecto Castor.
Y también aquí vapuleo por igual, incluidos los periodistas.
Y cosa curiosa, después de una sesión en la que Benlloch había llevado las riendas en todo momento, el líder del PSOE, perdió los papeles.
Primero, volvió a mostrarse socarrón con Ciudadanos: “Acúsenos de la muerte de Manolete si le interesa… yo…No sé qué he hecho para merecer esto. Yo no estaba cuando Zapatero y ahora aparece que soy el responsable de la plataforma de gas”…
Se debatió quien dio y no dio los permisos, qué manifestaciones se realizaron sobre el proyecto. E incluso interpeló Benlloch: “a qué viene este caso… ¿para que el señor Barrachina se despida leyendo el interviú?. Para añadir “Ha utilizado un artículo periodístico como si este fuera verdad”.
Lo cierto es, que en este caso Benlloch pinchó en hueso. Miguel Barrachina le aguantó el tirón, y no solo eso, por primera vez Benlloch se puso nervioso. Se alteró más a medida que Barrachina le increpaba por reírse de un asunto tan serio. Y al final Benlloch admitió en voz alta y de forma repetida: “Vale sí, me estoy burlando de usted”.
Moliner, por fin, sonrió satisfecho: “le han traicionado los nervios” Para añadir en tono acusatorio: “Esta es la primera vez que alguien viene aquí para burlarse”… “Le ha sobrado mucha prepotencia y le ha faltado mucho respeto”. La moción se aprobó con los votos del PP.
Benlloch había perdido la última partida, quizá su guerra de este pleno, pero todavía tuvo arrestos para preguntar que si el PP consideraba conveniente que se transmitiera un artículo periodístico sobre el Castor a la Fiscalía, “por qué no había hecho lo mismo anteriormente con las denuncias y los artículos publicados sobre la inculpación de Carlos Fabra”.