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viernes, 22 de noviembre de 2024 | Última actualización: 22:28

La Unió denuncia que la entrada en vigor de la nueva PAC provoca recortes, caos y retrasos en el cobro de ayudas

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La Unió de Llauradors i Ramaders considera que este año agrario a punto de concluir queda marcado por la entrada en vigor de la nueva Política Agraria Comunitaria (PAC) que ha llevado consigo un recorte de las ayudas, caos en la gestión y un retraso en el cobro de las mismas. Se trata de una nueva PAC más compleja que la anterior y con menores ayudas que además no ha corregido tampoco los desequilibrios históricos en la distribución de ayudas.

La nueva PAC no ha corregido los desequilibrios históricos en la distribución de ayudas ni ha hecho verdaderos avances en la focalización de las mismas en los agricultores y ganaderos que ejercen de manera activa y profesional la gestión de sus explotaciones, situación que La Unió puso de relieve ante la Comisión Europea. Esta circunstancia, entre otras, llevó a La Unió a manifestarse en Madrid y a interponer un recurso contra el Ministerio de Agricultura por la aplicación de la PAC en el Estado español. Sirva como ejemplo que el 30% de los perceptores de las ayudas de la PAC están jubilados aunque hay que señalar también que las pensiones que perciben son las más bajas de todos los sectores de la sociedad ya que “subsistir con menos de 700 euros al mes es todo un milagro”. Además, los retrasos y las deficiencias, tanto en la tramitación de las solicitudes como en la realización de los anticipos, ha generado una gran incertidumbre en los productores.

La puesta en marcha de la Ley de la Cadena Alimentaria no ha servido para mejorar la situación de precios de los productores y muchos de ellos se encuentran lejos de cubrir los costes de producción. Pocos cultivos se salvan de esta situación y reflejo de la misma es el cultivo más importante económica y socialmente como es el de los cítricos donde en los últimos quince años se han abandonado más de 24.000 hectáreas, lo que representa el 13% de la superficie total citrícola y lo que es más gráfico todavía, una cifra equivalente a 34.000 campos de futbol de medidas reglamentarias. La Unió ha seguido denunciando, ante la Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA) y la Dirección General de Comercio y Consumo, los abusos de la gran distribución con prácticas de vender a precios por debajo de un umbral mínimo que marca el propio Ministerio de Agricultura.

El veto ruso, que se arrastra del pasado año, sigue provocando problemas en frutas y hortalizas o en sectores ganaderos como el porcino. Las ayudas compensatorias no llegan a los productores y cultivos tan importantes en nuestro campo como el caqui, la granada o el limón ni siquiera tienen ayudas pese a las demandas del sector. La potencialidad exportadora agroalimentaria de la Comunitat Valenciana sigue sustentándose sobre la depresión de precios y rentas del sector productor, un escenario que es insostenible en el tiempo.

Otro aspecto clave es el de las importaciones y los problemas de sanidad vegetal. Cada vez hay más productos importados en nuestros supermercados y cadenas de distribución. El problema es que muchas veces entran en competencia con nuestras producciones sin que los diferentes responsables de los mismos sepan priorizar aquellas producciones de la tierra en detrimento de las importadas. Otro hecho grave de las producciones importadas es su amenaza ante la posible entrada de plagas desconocidas hasta la fecha en nuestro territorio.

Los aspectos relacionados con la sanidad vegetal y la pasividad para afrontarlos por parte de las autoridades europeas y españolas preocupan y mucho a los agricultores de la Comunitat Valenciana. El greening de los cítricos o la Xylella fastidiosa son algunas de las plagas cuya entrada sería letal para la agricultura valenciana aunque hay muchas otras amenazas como la Vespa Velutina para las abejas, el Caracol Manzana en para el arroz, etc.

Las adversidades climatológicas también siguen afectando de forma negativa al sector agrario valenciano. Ha habido numerosos pedriscos y la sequía continua amenazadora. Los seguros agrarios continúan siendo el mejor instrumento de renta al servicio del agricultor para compensarlas pero para ello hay que incentivar su contratación y adecuarlos a la realidad actual.

No se debe olvidar así mismo la problemática de los robos en las zonas rurales, cuyos habitantes tienen los mismos derechos que los de las zonas urbanas. La reforma del Código Penal -que ha entrado en vigor este año-, unida a la cada vez mayor eficacia de los grupo ROCA, debería tener un efecto disuasorio para lograr un descenso de los hurtos. Junto a esto, y una mayor vigilancia, habría que incidir en controlar los almacenes, empresas o chatarrerías sospechosas de comerciar con objetos robados, tal y como La Unió viene trasladando directamente a la Guardia Civil y la Delegación del Gobierno.

El agua es fundamental para seguir manteniendo la agricultura en nuestras comarcas y crear riqueza. Estamos hartos de que nos utilicen a los agricultores en los temas de agua con fines políticos, nuestra demanda de agua es para trabajar en la agricultura y contribuir a la economía de nuestra tierra. Como única organización profesional agraria de ámbito autonómico apostamos por el diálogo y el consenso para que las zonas deficitarias de agua la tengan, debe imperar el sentido común y la solidaridad sin imposiciones. Hemos de trabajar por reutilizar el agua pues muy poca cantidad de agua que se depura se reutiliza posteriormente.

La Unió califica por tanto 2015 en su conjunto como decepcionante para los productores agrarios y, de manera particular, para los agricultores y ganaderos que viven fundamentalmente del trabajo de su explotación en los que hay que priorizar para mantener una agricultura profesional y no otra llena de absentistas que pretenden cazar ayudas pero que se dedican principalmente a otras actividades.

A destacar finalmente la entrada de un nuevo gobierno al frente de la Generalitat Valenciana fruto de un pacto, el del Botánico, que tiene como consecuencia que dos partidos políticos, PSOE y Compromís, con el apoyo de Podemos, hayan concretado un pacto agrario al frente de la Conselleria de Agricultura, Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural: el de sus programas electorales en materia de agricultura. Uno de los aspectos positivos del mismo es poner en marcha medidas encaminadas a un cambio de modelo productivo del sector con la potenciación de la agricultura ecológica, entre otros muchos aspectos, desde una vertiente economicista y empresarial, que será fruto de un trabajo común y consenso del conjunto del sector.