Carlos Albert Valbuena. Concejal del Ayuntamiento de Torreblanca.
Asisto actualmente incrédulo a todos los movimientos políticos a nivel nacional para formar gobierno estable, o al menos, simplemente gobierno.
Yo, periodista y profesor de secundaria de profesión, he tenido que aguantar carros y carretas de Ciudadanos sobre mi compañera de partido y sobre mí. ¿Por qué? Por escoger entre Compromís y PP y decidir nuestra lista por unanimidad, por los nacionalistas en nuestra localidad, Torreblanca.
Nos han comparado con una mujer que se fue a Estados Unidos y exigía el billete de avión a su ayuntamiento, con un hombre que se subió el sueldo una barbaridad tras entrar a gobernar, etc. En cambio, ¿cuál fue nuestro ‘mal’? A priori votar a favor de PSOE, que a su vez llegaba a un acuerdo con Compromís y en un primer momento, nosotros nos quedábamos en la oposición y expulsados del partido por votar a la segunda fuerza más votada y no a la primera.
Desde este momento, han pasado más de 7 meses y vemos que Ciudadanos a nivel estatal negocia con PSOE, que a su vez negocia con Compromís, un calco de lo que ha pasado en nuestra localidad, y claro, no sé cómo el señor Villegas, podrá explicar esto. “Lo primero es España” podrá decir, a lo que yo le contestaré, “lo primero es mi pueblo”, Ciudadanos ha pecado de mano de hierro sin tener ni idea de la situación peculiar de cada uno de los municipios.
Compromís es el demonio, y ahora asistimos a una ‘bajada de pantalones’ del partido catalán, al que en las generales yo voté ya sido expulsado, y se justifican con el diálogo, el consenso, una segunda transición y la necesidad de pactos, un talante que en muchos municipios no han tenido y que les ha pasado factura.