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jueves, 21 de noviembre de 2024 | Última actualización: 19:57

A votar otra vez

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Alejandro Moreno. Psicólogo. Educador. Cooperador Internacional.

Rajoy se posicionó en que el PP había ganado las elecciones. Una pregunta: Si ganó las elecciones ¿por qué no pudo continuar como presidente? Se parapetó en eso y se mantuvo como presidente en funciones, nada más. Inmóviles de principio a fin, aislados de principio a fin. La mayoría de la ciudadanía No los quiere otra vuelta.

Pedro Sánchez, hablo de que se había hecho historia. Pudo haberla enriquecido con el cambio verdadero, pero los suyos los del PSOE le ataron las manos y la capacidad de decidir. Le prohibieron girar la cabeza hacia la izquierda de verdad. No gobiernes con el PP, y ni se te ocurra gobernar con Podemos, y ya de paso con los demonios independentistas. Ellos, los que le mandan, no quieren un cambio real, dicen y hacen sentir que no son de izquierdas. En sentido literal. Y en lugar de hacer propuestas de cambio se aferra a mostrarse de centro derecha con la mano tendida hacia la izquierda pero sin mirar, ya que tiene prohibido girar esa mirada desde el centro a la izquierda.

Este sigue siendo el papel del bipartidismo de siempre, esperanzados a gobernar como sea, pero gobernando ellos como si hubieran ganado las elecciones, que no ganaron. Porque obtuvieron más votos que cualquiera, pero menos votos que antes, lo que les demostraba que no habían ganado, porque no ha sido suficiente para hacer lo que quieren, como siempre estaban acostumbrados a hacer. Aun así no han querido ni los ‘populares’ ni los ‘socialistas’ como quien dice, bajar del burro.

La llamada segunda vuelta, que tampoco será segunda vuelta, tendrá que bajarlos del burro, a los dos partidos, sí, al bipartidismo que ya ha perdido desde el 20D.

Pero tenemos una piedra en el camino, los herederos de los populares, los nuevos neoliberales que dicen hacer políticas nuevas, que van con la regeneración democrática, con el supuesto dialogo y conciliación por delante, los que han demostrado que lo único que quieren es mantener cohesionado el viejo sistema neoliberal, que se encarga de administrar recortes bajo una economía de ganancias al gran capital. Con su fácil democratización y transparencia, se muestran con piel de corderos para aplicar las políticas económicas más neoliberales de la troika europea y reforzar una alianza más grande con las políticas económicas de las multinacionales y la expansión del poder imperialista de los USA.

Se atrevieron a manifestar su intención estratégica de lucha antiyihadista. Ellos fueron los primeros que se apuntaron al bombardeo bajo el pretexto de la supuesta defensa patriótica. No, ni pensar que con Rivera viene el cambio. Ya demostró que su único interés era la gran coalición e hizo caer en la ratonera del diálogo y negociación a Pedro Sánchez, y los atrapó ahí. Aunque no le costó mucho ya que la dirección del PSOE, le facilito ese pacto de la naranja y la rosa.

Mientras tanto, abrirles los ojos y girarles la cabeza hacia la no derecha fue misión imposible. El resto de partidos con más coincidencias que discrepancias hicieron propuestas de gobierno de cambio, de coalición progresista, que ya es un decir y un avance. Vamos, un avance alternativo a lo mismo de siempre, con el objetivo de echar a Rajoy y al PP fuera, pero con el objetivo también de garantizar un gobierno con garantías de cambio. No tan solo de “socialistas” (que no lo son), sino con participación de los otros y las otras fuerzas, que darían su voto para el cambio. Podemos, Compromís, En Marea, En Comú Podem, IU-UP. 161 VOTOS para formar gobierno del cambio. Pero Pedro Sánchez no ha querido. Yo también digo que no le han dejado, porque la mayoría de la militancia socialista se ha tirado encima el mantra de que PODEMOS va en su contra. Ahora incluso he escuchado ante el nuevo horizonte que se vislumbra, preguntarse el ¿por qué IU no se ‘coaliciona’ con el PSOE? Yo no puedo responder a eso, ya no estoy dentro, pero desde mi criterio y desde fuera eso es imposible, muchas cosas tendrían que cambiar en el PSOE para que la gente de izquierdas contemple eso como una posibilidad.

Hablando de alianzas, esperemos que ahora si se llegue a un acuerdo que haga multiplicar los votos en representantes, utilizando la injusta ley D’hont. Años hace, que en la práctica política y en la vida activa de militancia, decíamos y escuchábamos voces de la necesaria confluencia, yo siempre he abogado por ella, pero las sectas retrogradas se han mantenido ensimismadas en lo que llaman principios políticos, y cierran cualquier tipo de confluencia táctica a pesar del carácter organizativo como movimiento político y social.

Yo creo que hay que transformar de raíz esta sociedad, ególatra y explotadora, pero hay formas y momentos. Yo abogo en que la gente sea capaz y poderosa de hacer el cambio, pero tiene que estar preparada para el contragolpe de la reacción burguesa, no es moco de pavo y no es un juego. Esto es cosa seria porque se juegan ‘su patrimonio’, sus propiedades, su capital que veneran y agigantan con el sistema. Entonces el cambio tiene que venir de la gente, de la educación, de la formación política y cultural, del empoderamiento de los colectivos y su control activo y directo, barrio por barrio, pueblo por pueblo y ciudad por ciudad, para construir un país de países fuerte, que se enfrente con alternativas reales al mercado y al capital mundial, al sistema hegemónico del imperio, porque en este mundo no estamos solos y solas, los tenemos allende las fronteras y no podemos ignorar su existencia.

Ojala y sea la hora de esa confluencia, las experiencias en mareas, en proyectos unitarios, en proyectos en común son la muestra, ahora toca unir los votos y los representantes antes de las elecciones y después de las mismas, por un gobierno de cambio que trabaje por la defensa de los derechos de la gente, que trabaje por la gente, que dicte políticas sociales que garantice la vida y el trabajo, la educación y la salud, que impida el enriquecimiento indiscriminado de pocas personas y que aplique una política fiscal igualitaria, que el rico viva bien y pague bien, pero que no haya pobreza y que se disminuyan las enfermedades sociales. Que se importen y exporten materias primas, solidaridad, y buenas relaciones entre las naciones del mundo.

Acaso ¿No es todo lo que queremos todas las personas? Pues a dejar el ombligo a un lado y por una vez en red política y social, manifestar el poder de la gente, manifestar que el pueblo salva al pueblo, ahora en las próximas urnas que están ya a la vista, a no ser que Pedro Sánchez recapacite y se escape de la ratonera de Ciudadanos.  Solo ha faltado un poco de voluntad, y si van de vuelta las elecciones recordar que solo ha faltado más confluencia alternativa para hacer práctico un cambio real en este país.