Miguel Bataller. Ciudadano del Mundo y Jubilado.
Llevamos ya muchos años en España, disfrutando de los tres tipos de enseñanza que enumero en el encabezamiento de este artículo, y que yo sepa hasta ahora no ha existido el menor problema entre ellas ya que con absoluta libertad los padres hemos podido elegir la que nos ha parecido más conveniente para nuestros hijos.
Si mal no recuerdo, la enseñanza concertada tiene su origen en la LODE de 1984 creada e impulsada por el Gobierno Socialista de Felipe González, como casi todas las Leyes de Educación que han regido y rigen en España desde entonces, ya que las promulgadas por el Gobierno Aznar apenas tuvieron vigencia de pocos meses y fueron derogadas tan pronto tomó posesión del cargo el Gobierno de Zapatero.
Y sin duda alguna las incipientes normas educativas impulsadas por el Gobierno de Rajoy, perderán su vigencia tan pronto el PP salga del Gobierno e incluso antes de eso, pues en muchas Autonomías donde no Gobiernan ellos ya presentan síntomas de desobedecer las normas pautadas por los populares.
Es decir que con razón a sin ella, llevamos mas de treinta años con Leyes Educativas de Enseñanza diseñadas según criterios socialistas y los resultados no se pueden esconder, ya que han sido analizados hasta la saciedad por los organismos internacionales, que en términos generales nos colocan posiciones muy atrasadas, dentro del contexto europeo.
Pero curiosamente, se recurrió al ‘Concierto’ para poder educar adecuadamente a todos los jóvenes españoles, cuando se quiso ofrecer educación gratuita para todos, sin disponer de las infraestructuras adecuadas para escolarizar en colegios públicos a todos los niños y jóvenes que se iban incorporando a la enseñanza primaria y secundaria.
Nada que objetar en aquellos momentos, en los que el ‘baby-boom’ presionaba la necesidad de utilizar todas las infraestructuras de muchos colegios religiosos, que hasta ese momento se habían dedicado a la Enseñanza Privada, a fin de ir incorporándose a la concertada para poder atender las necesidades que la LODE había generado.
Y aún hace muy pocos años, he oído quejarse a profesores de la enseñanza pública que participaban en tertulias radiofónicas conmigo, de que en sus aulas tenían que atender a mas de 25 alumnos, lo cual iba en detrimento de la calidad de su educación, y sugerían que en ningún caso deberían de superarse los veinte alumnos por clase, para poder prestarles la atención adecuada.
En la misma tertulia, participaban profesores de Educación Privada y Concertada, que ya entonces admitían tener que atender a veces hasta 37 alumnos por aula.
Y mi pregunta sería:
¿Por qué los padres preferían pagar, en cualquiera de los dos casos una enseñanza más cara para sus hijos, cuando siempre se ha leído en todos los medios oficiales, que la Enseñanza Pública es la mejor?
No creo ni he creído nunca, que ningún padre no pretenda lo mejor para sus hijos en materia de enseñanza, por lo tanto me resulta difícil admitir, que siendo mejor la pública, haya padres que prefieran mandar a sus hijos a la concertada, o privada, cuando encima les cuesta más cara a ellos y como se ha publicado mil veces al erario público la cuesta cada puesto en la educación concertada alrededor de un 25 a un 30 % menos que en la pública y por supuesto que en la privada, que carece de ayudas estatales.
Me pierdo cuando el Gobierno de turno, pretende imponerme los valores y la lengua, en los que debo educar a mis hijos.
Me parece algo más propio de los regímenes comunistas ya obsoletos o de dictaduras ya carentes de sentido en pleno siglo XXI.
La inmersión lingüística, es un absurdo irracional, porque siendo yo valenciano parlante y ciudadano del mundo, cuando hablo en Castellano, Inglés o Francés puedo comunicarme prácticamente con cualquier europeo medianamente educado.
En mi valenciano nativo (que ahora me quieren hacer creer que es catalán los catalanes y los catalinos) apenas me podría comunicar con valencianos, catalanes y baleares que hablan con su propia lengua (de la misma raíz que las anteriormente mencionadas, la Lengua D´Oc) pero a veces cuesta entenderse tanto con los menorquines como con los gerundenses.
Me parece perfecto que se protejan nuestras lenguas vernáculas, hasta limites racionales e incluso que los padres puedan elegir en que lengua sean educados, entre las oficiales en cada Autonomía, pero en ningún caso me parece tolerable que se imponga a los padres y a los alumnos la lengua que los políticos de turno decidan.
Y mi opinión es la expresada por el Tribunal Constitucional que ya se ha manifestado en ese sentido repetidamente en toda España, aunque siempre haya tropezado con la intolerancia de independentistas de todos los colores, cuyo único objetivo es la desmembración del Estado y Nación Española.
Y ahora tenemos a estos señores gobernando en nuestra Autonomía, y tratando de ignorar la voluntad de los padres de los alumnos, con mil argumentos torticeros, porque si de veras lo que pretenden es mejorar la calidad de la educación de los alumnos, en vez de cerrar aulas o Colegios Concertados, deberían de limitar a 20 alumnos por aula en toda la Educación Primaria y Secundaria como lo venían pregonando hace pocos años, dando libertad de elección en la lengua que los padres decidieran en cada caso y así evitaríamos condicionar la voluntad de los padres, que en este caso para nada parece coincidir con los educadores de la Enseñanza Pública, mucho mas preocupados por conservar sus privilegios, que de dar a los alumnos la mejor educación posible y elegida por sus padres.
Claro que cuando uno analiza a los políticos que pretenden implantar estas políticas educativas en nuestro Gobierno Autonómico, siempre se encontrará con el Marzá de turno, que aún no acaba de creerse que pueda ser Conseller de Educació de todos los valencianos.
En Cataluña no encontraría a nadie que le dedicara una columna como esta.
Allí duraría más en su cargo.
Aquí mucho me temo, que pese al apoyo de otro catalanista inveterado como es el Presidente Puig, les queda poco futuro, mientras se olviden de que son valencianos ¡por mucho que les duela a los dos!