Federico Arnau. Comerciante jubilado
El equipo de Gobierno de la ciudad de Castellón, con su concejal de Cultura, Verónica Ruiz, y la concejal de Fiestas, Sara Usó, con el beneplácito del vicealcalde Enric Nomdedeu y la alcaldesa Amparo Marco, hace llegar a Castellón el ‘fuego independentista’ catalán para encender las hogueras de San Juan en nuestras playas.
En la nota publicada por el Ayuntamiento, citan que se recupera la llegada de dicha ‘flama’, cosa que no es cierta, pues la única ‘flama’, llama o antorcha que se haya recibido en Castellón fue la de los Juegos Olímpicos de Barcelona 92, que tras entrar en Castellón por la Avd. Valencia, C. Herrero y Mayor, hizo su entrada en la Plaza Mayor, donde fue recibida por el alcalde de la ciudad, Jose Luis Gimeno. Tras el protocolo, continuó por la Avd. del Mar dirección al Grao hacia Benicassim por la costa.
La ‘Flama del Canigó’ nació hace 50 años en un ‘aplec’ de los Pirineos para reivindicar el maltrato franquista a la lengua catalana, en 1961.
Organizado por la Sociedad Cultural catalana Ómnium, que en la actualidad cuenta con 54,000 socios, esta entidad actúa en defensa de la lengua y la cultura catalana y los derechos nacionales catalanes.
El ‘fuego que ilumina los países catalanes’, es como denominan los catalanes a la llama que todos los años se renueva en lo alto de la cima del Canigó, del pirineo catalán, y que centenares de voluntarios y equipos de fuego la reparten por los ‘países catalanes’ a través de diferentes rutas para encender las hogueras de la noche de San Juan.
Es el comienzo de una fiesta ancestral que año tras año, vinculada al solsticio de verano, refleja un símbolo de hermanamiento en los territorios de habla catalana.
Las normas para participar en este ‘aplec’, determinan que personas de diferentes lugares de los ‘países catalanes’ acerquen a la cima del Canigó un poco leña de su territorio; este año a fecha señalada para ello es el fin de semana del 18 y 19 de junio. Posteriormente, a lo largo del día 22, se convoca a recoger la llama que es subida a la cima desde el castillo de Perpiñán, y que luego será repartida a los que la tienen que llevar a sus ciudades.
Desde hace años hace falta una autorización de la Prefectura Francesa para poder acceder con vehículos motorizados y presentar las matrículas de los mismos, así como el cumplimiento del protocolo de seguridad de los equipos de fuego por los caminos de Cataluña por donde debe de pasar la flama para evitar cualquier incendio, en las primeras horas del día 23.
En el mapa que la Asociación Cultural refleja como ‘países catalanes’, se encuentra, el Rosellón, Andorra, Cataluña, el Reino de Valencia y Baleares. Lo curioso de este mapa, en el que exhiben flechas señalando las ciudades que reciben la llama, es que solo están las de la Comunidad Catalana, Perpiñan y Andorra; la población más lejana, en el sur, es la L´Aldea, en Tarragona, límite con la provincia de Castellón. Ni el reino de Valencia ni Baleares reciben ninguna llama, excepto este año, en el que desde L´Aldea se lanza una flecha a Castellón.
Cuando leí la noticia en la que decía que la Sra. Veronica Ruiz junto a Sara Usó, Acción Cultural del País Valencià, Focs y Collas habían organizado la noche de San Juan como se ha hecho todos los años, me sorprendió lo de la ‘flama’, así que mirando en Internet la información sobre esta ‘flama’, los datos refieren más o menos lo que les he explicado antes, para poder saber exactamente de qué se trataba, y comprobar que nada tiene que ver con Castellón.
¿Qué es lo que se celebra en la cima del Canigó?
Lo que hacen en el citado monte, aparte de revindicar la cultura catalana, es una exaltación de insultos e improperios contra España y los españoles. Tan graves son los insultos a España, que los propios catalanes franceses se siente avergonzados y no pueden entender el odio hacia España y los españoles por dicha Asociación Cultural.
Para que ustedes lo puedan entender, el Agosto pasado en el Aude francés, durante la celebración de un cumpleaños, entre los amigos de la anfitriona se encontraban tanto franceses como españoles afincados en Francia. Mi mujer y yo tuvimos el honor de participar en esa fiesta, y cuando supieron que éramos de Castellón o sea valencianos, su respuesta fue: “nosotros somos catalanes franceses, no españoles, y me explicaron lo que se hacía en los Pirineos y la vergüenza que algunos de ellos tenían por lo que oyen de los catalanes hacia los españoles; o sea, que no me invento nada.
Y sabiendo lo que se mueve detrás de ‘la flama’, no entiendo cómo es posible que el equipo de Gobierno del Ayuntamiento de mi ciudad se atreva a insultar al pueblo de Castellón participando en un fuego que es independentista, y además, en contra de España y los españoles, cuando nosotros no somos catalanes ni somos ‘países catalanes’. Si vamos a la historia, seríamos ‘países aragoneses’. El valenciano no es catalán, el que sea parecido no es igual, por lo tanto debemos respetar y al que no le guste, pues puede trasladarse a Cataluña.
El miércoles, a medio día, me puse en contacto con el Grupo Municipal del PP para, a través de la secretaria, pedirle a Begoña Carrasco que preguntara cuanto nos cuesta a los castellonenses la llama independentista, y por lo menos, hoy jueves ha hecho el comunicado correspondiente, por lo que le doy las gracias. Y desde estas líneas también le pido a Cristina Gabarda, de Ciudadanos, que exija y pida facturas de lo que cuesta el traslado de la llama.
Los gastos de la llama son, según las normas del ‘aplec’, el traslado de la leña el día 18 a la cima del Canigó, o sea, gasolina, autopista y comida; el día 22 y el 23, tres cuartos de los mismo: gasolina, autopista, cena, pernoctación desayuno y almuerzo, ya que la llama llega a la Tenencia del Grao a las tres de la tarde.
Si el Ayuntamiento quiere unir culturas y lenguas, yo les aplaudiría si convocasen a las culturas de Galicia, País Vasco, Cataluña, Baleares, y resto de Comunidades del Estado Español, para que, junto al Reino de Valencia, se pudieran realizar unas jornadas de convivencia, en lo cultural, gastronómico y turístico. Pero meterse a insultar a los ciudadanos diciendo que somos catalanes en la participación de dicho acto donde nos insultan, me parece ya el colmo de la desvergüenza. Deberían de reflexionar y anular dicha petición y encender las hogueras con una traca o varias tracas, como se encienden las fallas o las hogueras de Alicante, que esto si es cultura del Reino de Valencia y no la independencia catalanista.