“Si nos hubiéramos enterado que “se iba a reparar ya la fachada”, hubiéramos actuado para proteger el mural”
Cultura y Urbanismo han reconocido que ‘les pilló por sorpresa’ el borrado del mural de Ripollés, pese a que el expediente llevaba 4 años sobre la mesa y se había dado licencia a los vecinos. Los propietarios habían propuesto soluciones, reparar y luego restituir, no se les hizo caso, y tras una amenaza de recurso en los tribunales, se les autorizó para pintar de blanco. Tanto Ruiz como López señalaban: “Si nos hubiéramos enterado que “se iba a reparar ya la fachada”, hubiéramos actuado para proteger el mural”
Esperanza Molina / Castellón Información
El pleno del ayuntamiento ha escuchado las comparecencias de los concejales de Cultura y Urbanismo, Verónica Ruiz y José Luís López, sobre la desaparición del mural de Ripollés de la fachada de un edificio particular ubicado en la Plaza de la Paz de Castelló.
El borrado del mural fue efectuado por los propietarios después de cuatro años de pedir la intervención municipal, la licencia para reparar las humedades que inundaban varias viviendas, y de ver rechazada su petición para: remozar la fachada y reponer, a medias, el mural del artista castellonense.
Ahora bien, la sorpresa ha sido mayúscula cuando, tanto la concejal de Cultura, Verónica Ruiz, como el de Urbanismo, José Luís López, han admitido durante la sesión, que “nadie”, les informó de que se había dado la licencia de obras menores, y mucho menos, que esta licencia no exigía ninguna condición ni protegía el mural. Y mucho más allá, que fueron los primeros sorprendidos cuando verificaron por los medios de comunicación que el mural había desaparecido y la fachada se había pintado de blanco.Se trató dijeron, de un procedimiento técnico que no se les comunicó ¿¿¿???
Es más, López indicaba textualmente: “Si nos hubiéramos enterado que “se iba a reparar ya la fachada”, hubiéramos actuado para proteger el mural”
El relato de la historia: la pelota de tejado en tejado
Según el expediente y los documentos que lo integran, citados expresamente por el concejal de Urbanismo, los vecinos del edificio de la Plaza de la Paz, nº 6, se habían dirigido al ayuntamiento para solicitar una licencia de obras menores con el fin de acabar con las humedades de la fachada norte, donde se encontraba el mural.
No era la primera vez que los vecinos solicitaban una reparación parecida, y en la situación anterior ya llegaron a un acuerdo con la entidad municipal para poder reparar las grietas y goteras, y reponer después la pintura con la colaboración municipal. Por lo tanto, los vecinos siempre tuvieron en la cabeza el mantenimiento de la obra del artista.
Pero en esta ocasión, las cosas se desarrollaron de forma muy diferente. Por una parte, solicitaron poder instalar un tabique pluvial, con la advertencia de que ello supondría la cobertura del mural. Una obra para la que llegaron a presentar presupuesto por valor de más de 17.500 euros.
Pero la solicitud fue rechazada porque el tabique pluvial incumplía la normativa urbanística de protección de la unidad del paisaje.
A partir de entonces comenzaron a sucederse otros expedientes: los vecinos denunciaban el estado de la pared y el ayuntamiento les instaba a que buscaran soluciones que cumplieran con la legalidad. Así sucedió en enero de 2020, cuando volvieron a solicitar licencia de obras. En esta ocasión, ofrecían otras soluciones de remozado de la fachada y la restauración del mural, para lo que aportaban un presupuesto de más de 55.000 euros. Los propietarios asumirían el coste de las obras privadas de su edificio y parte de la restauración del mural. La otra parte debería ser financiada por el ayuntamiento.
Ahora bien, desde Urbanismo se remitió el documento a la Comisión de Patrimonio, donde también estaba representada la Concejalía de Cultura, y allí se acordó, la obligación se respetar el patrimonio artístico y la intervención de Cultura, porque el mantenimiento del mural excedía a las obligaciones de los vecinos.
Y así siguieron los trámites administrativos, entre un departamento y otro, mientras los vecinos se quedaban con las manos atadas y las humedades eran cada vez más notorias e importantes.
Una vez más, en septiembre de 2020, los propietarios insistieron sobre la licencia de obras. En este caso entendieron que la reparación del mural no era cosa suya, ya que el ayuntamiento no se había pronunciado.
En octubre, Urbanismo respondió a los vecinos que se necesitaba el informe de Cultura.
En noviembre de 2020 los propietarios de los inmuebles ya habían colmado su paciencia. Las goteras se hacían más grandes, se inundaban las viviendas y allí nadie les decía como proceder. Por esta razón, insistieron en la necesidad de que se les concediera una licencia de obras menores para reparar la fachada con un presupuesto de 12.000 euros y amenazaban con presentar un recurso en los tribunales si volvían a dales largas en un tema que era importante para ellos y no admita nuevos retrasos.
En diciembre 2020, y con la amenaza de los propietarios sobre la mesa, Control Urbanístico informó que las obras menores se ajustaban a la legalidad, y volvió a pasar la pelota del mural de Ripollés a la Comisión de Patrimonio. Esta Comisión acordó una vez más remitir a Cultura la solución del mural, para que fuera este departamento el que determinase su conservación, o la sustitución por otro de un artista emergente de la ciudad.
En conclusión, el 15 de febrero se concedió la licencia de obras menores a los vecinos para reparar la fachada.
Los concejales 'no se enteraron porque nadie se lo dijo'
Pese a toda esta historia, confirmada en los expedientes citados por el concejal de Urbanismo, ni la concejal de Cultura ni el responsable urbanístico “se enteraron” de la concesión de la licencia; y lógicamente, se sorprendieron y mucho cuando una mañana de julio un medio de información les informaba que el mural de Ripollés ya era historia. Los vecinos habían pintado la fachada de blanco.
Ojo, y aunque ambos concejales han reconocido su sorpresa, se han quejado de que nadie les advirtió de la concesión de la licencia, y menos de que las obras se hubieran llevado ya a cabo.
Es más, la concejal de Cultura, se ha mostrado como víctima en todo este tema y ha llegado a preguntar a los concejales: “¿Creen ustedes que si yo hubiera sabido que se iba a borrar el mural de Ripollés no hubiera buscado antes soluciones para evitarlo?
El debate político
Relatados los hechos explicados esta mañana, y ya en el ámbito político de las diferentes intervenciones de los grupos municipales, las intervenciones han tenido para todos los gustos.
El Acuerdo del Fadrell cierra filas
Por parte del equipo de gobierno, han cerrado filas en torno a la gestión de Ruiz y López. Y para ello, ¿qué mejor que la ‘memoria histórica’ para hablar de cuando gobernaba el PP y se eliminaron otros murales? ¿Cómo no referirse a la mala gestión de los populares al frente de Cultura? Y además, han indicado, todo lo dicho hoy ya era conocido por la oposición, porque les pasaron el expediente, dicho lo cual, todo esto no era más que un circo mediático para hacer ruido y desacreditar al equipo de Fadrell.
En lo que respecta al PP, resaltar ‘la elegancia’ de Vicente Sales, que sin dejar a un lado su intervención ‘política’ y pedir responsabilidades, ha propuesto un acuerdo de soluciones. El ayuntamiento, dijo Sales conocía el problema de los vecinos del edificio de la Paz, el expediente llevaba 4 años sobre la mesa, y debía haber intervenido con los propietarios para coordinar la protección del mural.
Vidal: “las partes nobles de mi cuerpo se hincan cada vez que nos acusan despectivamente de ser de derecha o de ultraderecha”
Y poner sobre la mesa, las dos intervenciones de Vicente Vidal. En la primera, ha solicitado explicaciones y ha formulado las preguntas que básicamente estaban en la mente de muchos: ¿quién autorizado el borrado del mural? ¿Cómo se consintió? ¿Y por qué no se tomaron medidas preventivas para evitarlo? Y aún preguntó: Si las dos opciones propuestas por Cultura para solucionar el tema pasan por: pedir permiso a Ripollés para reponer su mural o solicitar un nuevo mural a un artista emergente ¿Por cual se decantaba el departamento de Ruiz?
La segunda intervención no tuvo nada que ver con la primera. Con tanta acusación a 'la derecha, Vidal estalló y ya no supo ni quiso parar, ni que le callaran.
Se rebotó contra el portavoz de Compromís Ignaci Garcia y le dijo: “las partes nobles de mi cuerpo se hincan cada vez que nos acusan despectivamente de ser de derecha o de ultraderecha”.
Cabe suponer la que se debió liar en el salón de plenos, a juzgar por lo que se oía fuera de micrófonos, porque la prensa no tenía imagen completa de la sala.
Y más cuando Vidal citó a dos ‘nacionalistas’ vasco y catalán’ para atribuirles un discurso en el que ambos habían promovido “la supremacía de la raza y la pureza de la sangre”, habían proclamado que “un Garcia cualquiera no se casaría ni con un vasco y un catalán, porque todo lo que venía de Castilla era malo”; y más aún cuando dijo que eran las mismas ideas que guiaron a Hitler y a Mussolini.
Al otro lado de la pantalla por la que se podía seguir el pleno, si se pudo ver a Garcia protestando y el revuelo originado por Vidal, que una vez lanzado no permitió que nadie le cortara: “¿Qué se ha creído? ¿qué diferencia hay entre usted y un guardia civil?... ¡No, a mi no me corta nadie!”
Garcia le acusaba desde su bancada de proferir barbaridades y Vidal se mantenía en sus trece y le retaba diciendo que le estaba consumiendo parte de su tiempo.
El presidente del pleno, David Donate, que sustituía a la alcaldesa lo llamó al orden: “Usted ha protestado en muchas ocasiones por los comentarios fuera de lugar que no benefician a nadie”. “También usted ha dicho en muchas ocasiones que mentimos, y esas afirmaciones no son correctas. Le pido que revise lo que dice.
El mural de la plaza de la Paz será repuesto por el ayuntamiento. Parece que Ripollés ha dado permiso para que se recupere su obra borrada.