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viernes, 7 de febrero de 2025 | Última actualización: 21:39

Adjudicada la explotación del Parquin de Cardona Vives a la mercantil Jujosa por un año

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Se trata de la empresa que ganó el concurso público del aparcamiento, pero que no pudo ejecutarlo por el recurso planteado por Saba

Portavoz del equipo de gobierno Castellón

La Junta de gobierno Local del Ayuntamiento de Castellón ha adjudicado a la empresa Jujosa, la gestión temporal del aparcamiento Cardona Vives del centro de la ciudad.

Se trata de una concesión por plazo de un año, aunque podría prorrogarse algo más en tanto que la entidad municipal confecciona el nuevo pliego de condiciones sobre este estacionamiento.

Proyecto de obras y explotación

  • Imagen de la plaza antes de la construcción de parquin Cardona Vives
  • Obras de construcción del aparcamiento Cardona Vives

El Parking de Cardona Vives, el más antiguo de Castellón, estaba gestionado por la empresa Saba. La concesión finalizó en 2017. A partir de entonces y hasta el momento el ayuntamiento intentó, sin éxito, volver a sacar el aparcamiento a concurso público.

  • Parking Cardona Vives
  • Parking Cardona Vives
  • Parking Cardona Vives

Como se trataba de una instalación que había quedado bastante anticuada, el objetivo municipal era la de sacar en un solo paquete la realización de las obras de acondicionamiento y la explotación del estacionamiento. De esta manera, el Ayuntamiento no gastaba un euro en la operación, y se aseguraba de que la empresa ganadora llevara a cabo las obras, a cambio de eximirla del canon por ocupación de suelo público por un periodo de 15 años.

Un concurso gafado desde 2017

Sin embargo, este parquin estaba gafado, en lo que al concurso se refiere. El primer intento, en 2017, se quedó en nada una vez que el Estado modificó las normas de contratación de contratos públicos. Se anulaba el concurso y se elaboraban los documentos necesarios para volverlo a poner en el mercado.

El segundo intento chocó con las alegaciones de la empresa concesionaria, que consideraba insuficiente la exención del canon por 15 años propuesto por el Ayuntamiento, por el alto coste de las obras a realizar. Aunque el estudio económico que realizaron los técnicos municipales garantizaba que la oferta garantizaba una compensación suficiente con beneficios, la empresa no lo vio de la misma manera.

Finalmente, el aparcamiento, obras y explotación, volvió a salir a concurso. La empresa concesionaria, Saba, cometió un ‘error de bulto’ cuando se lio con las diferentes fases del procedimiento y erró en los sobres al introducir su oferta económica. Aquello no tenía solución y la propuesta fue descartada automáticamente. Jujosa ganaba el concurso público.

La cláusula de subrogación del personal

Sin embargo, en el pliego de condiciones del concurso había un punto que generó conflicto. ¿Estaba la nueva empresa ganadora, la que fuera, obligada a recontratar a los trabajadores del aparcamiento? La concesionaria SABA entendía que si, el Ayuntamiento no lo había incluido en las condiciones. El Tribunal Central Administrativo falló a favor del Ayuntamiento. Pero Saba recurrió a los tribunales ordinarios… Y finalmente, cuando todo estaba preparado para que Jujosa se hiciera cargo de la concesión, el TSJ falló a favor de Saba.

El ayuntamiento intentó sortear aquel inconveniente. Para salvar el concurso propuso a Jujosa que asumiera esa pauta que debería haberse planteado en el pliego de condiciones. Jujosa aceptó, pero Saba no. La concesionaria recurrió al TSJ y solicitó que, puesto que el concurso anterior tenía un defecto de forma porque no estaba incluida la cláusula de los trabajadores en los pliegos de condiciones, los arreglos de última hora no valían.

Lógicamente, la única alternativa que le quedaba a Saba era que se organizara un nuevo concurso público para conservar sus opciones a mantener la gestión del aparcamiento. El TSJ volvió a darle la razón.

Visto lo visto, el ayuntamiento se encontraba frente a un problema, y no era pequeño. Los estudios técnicos para sacar el parquin a concurso público se habían quedado desfasados tras ocho años. Eso significaba volver a comenzar el procedimiento desde la base: replantear las mejoras necesarias para adaptarlas a las normativas vigentes, volver a realizar estudios de uso, de rentabilidad, y realizar un estudio económico real para estimar, con los datos de hoy el periodo de concesión, los costes y el canon que deberá repercutir sobre la empresa adjudicataria.

Eso, se mire como se mire, lleva tiempo. Pero tiempo es, precisamente lo que no le quedaba al aparcamiento. Obviamente, una empresa invierte para sacar una rentabilidad económica; eso significa que, en función del periodo de concesión de un servicio, estudiará qué inversiones tiene que realizar para mejorarlo mientras tenga el control del mismo, pero no más allá de ese plazo.

Saba mantiene la concesión del aparcamiento porque ha sido imposible culminar con éxito un concurso de obra y explotación. Pero la concesión finalizó en 2017. La infraestructura presenta muchas carencias, no dispone de ascensor, hay que hacer reparaciones, y asumir las obras necesarias para mantenerlo como toca.

La única alternativa viable es la que ha llevado a cabo el Ayuntamiento para sacar un concurso temporal de explotación en tanto se realizan los nuevos estudios y se vuelve a sacar a concurso.

Ester es el procedimiento que ha culminado esta mañana con la adjudicación a Jujosa de una autorización demanial por un año, por el que la mercantil deberá abonar un canon anual de casi 135.000 euros. Ojo, una cantidad muy superior a la prevista por la entidad municipal.