El Aeropuerto de Castellón ha diversificado su actividad para paliar los efectos de la crisis e incrementar los ingresos que compensen los 5,9 millones de pérdidas
Ramón Pardo/Castellón Información
El equipo gestor del Aeropuerto de Castellón (Aerocas) busca alcanzar el punto de equilibrio comercial que lograría con la llegada de 800.000 pasajeros al año, una cifra bastante lejana si tenemos en cuenta que en 2019, una anualidad con un buen volumen de tráfico, apenas se superaron los 125.000 usuarios de las instalaciones de Vilanova d’Alcolea y Benlloch.
Unos datos de tránsito que las restricciones a la movilidad derivadas de la irrupción de la Covid 19 apenas iniciado el año 2020 han ido bajando perceptiblemente a lo largo de los últimos meses, pese a que este verano se recuperaron algunas de las líneas aéreas que parten y llegan al único aeropuerto de titularidad de la Generalitat Valenciana.
La directora del aeropuerto, Blanca Marín, fija el futuro de la infraestrucutra en lograr la rentabilidad es uno de los objetivos prioritarios junto al desarrollo de la Zona de Actividades Complementarias (ZAC). Sin embargo, el balance económico de 2020, pese a ofrecer el dato positivo de que los ingresos de la infraestructura se septuplicaron al recaudar 800.000 euros, aun están lejos de paliar o compensar las pérdidas generadas por su explotación que en el último balance anual rondaron los 6 millones de euros (5,9 milllones). De ahí esa búsqueda del equilibrio con una explotación mixta de la base aérea.
En ese contexto de explorar y explotar otras actividades alternativas que hagan rentable la instalación se enmarcan las gestiones para atraer a escuelas de formación de pilotos o la captación de compañías de mantenimiento de aviones o de desguace de los mismos para reutilizar sus piezas. Brok Air y eCube son las primeras en llegar y utilizar las instalaciones complementarias del aeródromo castellonense. Unas instalaciones que han acondicionado una amplia zona para permitir el aparcamiento de aviones a la espera de que la normalidad vuelva al sector de la aviación comercial.
Mientras se consigue ese punto de equilibrio económico, los gestores del aeropuerto castellonense también miran hacia el sector logístico como un aliado para su desarrollo. Es el caso de la llegada a Onda de Amazon, que puede precisar de la infraestructura de Vilanova d’Alcolea y Benlloch, para su actividad comercial.