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jueves, 21 de noviembre de 2024 | Última actualización: 18:13

Afanias Castellón genera para la sociedad el triple de lo que recibe en ayudas

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Hector Redó y Francisco Gil afirman que la cifra total de personas que se benefician directamente de la atención que ofrece la entidad supera los 360 usuarios

Afanias Castellón, la asociación creada para mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad intelectual y la de sus familiares, ha presentado públicamente su memoria de actividades del 2021. En esta refleja cómo cada euro que gestiona en la atención y cuidado de las personas usuarias, a través de sus recursos asistenciales, lo revierte triplicado en la sociedad castellonense. En concreto, Afanias calcula que por cada euro que gestionó el pasado año, el retorno directo fue de 3,29 euros.

Según su memoria, Afanias Castellón recibe 4,3 millones de euros a través de sus conciertos y subvenciones, mientras que desde la entidad se calcula que devuelven 9’2 millones de euros con la labor que realizan para las familias, una cifra que se podría aumentar hasta los 14’2 millones si se suman otros conceptos como impuestos y salarios. “En muchas ocasiones parte de la sociedad nos veía como un coste, por el dinero que recibimos de las administraciones públicas, pero cuando analizamos las situación nos damos cuenta de que esto es incorrecto, ya que todo el dinero que recibimos de las administraciones lo devolvemos a la sociedad multiplicado por tres”, ha asegurado el gerente de Afanias, Francisco Gil. 

La asociación paga el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), la seguridad social, realiza un consumo diario y contínuo para mantener los centros en perfectas condiciones y cubrir las necesidades de las personas a las que atienden, además, también tiene que pagar unos salarios al personal que trabaja en estos centros. “Al final todos estos gastos hacen que el dinero que recibimos vuelva a las arcas del estado”, explica Francisco Gil. El gerente de Afanias, ha añadido: “También hay que tener en cuenta la atención que reciben las familias por parte de los servicios de Afanias, ya que en muchos casos tendrían que dejar de trabajar para atender a sus familiares”.

Por otra parte, en clave pandemia, Hector Redó, presidente de Afanias y Francisco Gil, han explicado la dificultad añadida que ha supuesto atender a estas familias durante los años en los que la Covid-19 ha sido protagonista en nuestro día a día. Hector Redó afirma que el covid ha tenido una repercusión mínima en los centros de Afanias gracias a las medidas de seguridad tomadas y al esfuerzo de los trabajadores. “Tengo que agradecer a todas las personas que con su trabajo han conseguido mantener la actividad diaria en los centros, incluso durmiendo de forma voluntaria fuera de sus casas para disminuir sus contactos”, añade.

En cuanto a las personas que se benefician directamente de la atención que ofrece la entidad, Hector Redó y Francisco Gil afirman que la cifra total supera los 360 usuarios. De forma directa, cerca de cuatrocientas familias de toda la provincia cuentan con el apoyo de unos recursos que permiten la adaptación, mejora, cuidado o integración de quienes necesitan de estos servicios.

Sobre los recursos que ofrece Afanias, en estos momentos la entidad cuenta con dos centros ocupacionales, donde se atiende a 98 personas, en concreto, 80 personas en uno de los centros de la Penyeta Roja y 18 en el Centro ocupacional Afanias II, ubicado en las instalaciones centrales. Por otra parte, está el Centro de día, que da cobertura a 39 usuarios, del mismo modo que lo hacen las las viviendas tuteladas donde viven 21 personas. Por último, Afanias también dispone de una residencia, donde conviven 36 residentes. Este último espacio es el que más dedicación necesita, ya que aquí se atiende a personas con una discapacidad de hasta el 95%.

En cuanto a objetivos futuros, Francisco Gil explica que tiene dos proyectos entre manos: “El primero es el de construir dos nuevas viviendas tuteladas en el Centro ocupacional Afanias II, pero por problemas burocráticos se está retrasando en el tiempo”. El segundo objetivo, sería a largo plazo, el gerente de la entidad explica que se han dado cuenta de que los usuarios que tenían en la residencia en el año 2008, no tienen nada que ver con las personas que son en la actualidad, ya que requieren unas necesidades de otro tipo de atención. “Son personas que han crecido, por lo que el objetivo es crear un nuevo recurso residencial para personas con discapacidad intelectual, pero con carácter geríatrico”, apunta Francisco Gil.