La agricultura siempre ha formado parte de nuestra historia y de nuestras señas de identidad. Fue durante años el motor económico de la Plana con la citricultura como máximo exponente. Los vaivenes del mercado, la competencia desleal y la baja rentabilidad han sumido a este sector en una crisis casi crónica que en los últimos tiempos se ha acrecentado. Resulta inadmisible ver el bloqueo que Francia está haciendo a nuestros productos agrícolas y apoyamos las justas reivindicaciones que les están llevando a salir a la calle con sus tractores.
Es responsabilidad de todas las administraciones, especialmente, del Gobierno central estar al lado de nuestros agricultores, garantizando los precios justos y apostando por el necesario relevo generacional, porque no debemos olvidar nunca que la nevera y la despensa la llenamos todos los días, gracias a aquellos que, con gran esfuerzo, siembran y recogen las cosechas.
En los últimos años, la agricultura ecológica y de proximidad va ganando terreno, porque se prima la calidad. Para potenciarla, desde el Ayuntamiento de Almassora hemos reabierto el huerto urbano la Vila-roja para que nuestros vecinos, de modo totalmente gratuito, cultiven lo que deseen, según cada época del año.
Esta medida tiene una finalidad educativa, de ocio y autoconsumo. Hace tan solo unos días hemos sorteado 26 parcelas entre las personas que se presentaron a la convocatoria y resultaron adjudicatarios de estos terrenos durante cuatro años.
Los huertos urbanos están conectados al sistema de riego automatizado de la Comunidad de Regantes de Almassora, el agua suministrada proviene del río Millars, a la que se le añaden los fertilizantes necesarios para el cultivo de cítricos.
Sabemos que los beneficiarios van a sacar un importante rendimiento de sus parcelas, fomentando una alimentación saludable del huerto a la mesa.
Desde el Ayuntamiento también activamos meses atrás el Mercat de la Taronja, en colaboración con la cooperativa agrícola San José, durante los domingos por la mañana en la plaza Pere Cornell. Los almassorins tienen la posibilidad de disfrutar de un producto de calidad tan nuestro, respaldando a los agricultores locales. Además, se potencia el consumo de la que es nuestra fruta por antonomasia.
