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El Ayuntamiento de l'Alcora ha mostrado su satisfacción por el resultado de la VII Ruta Gastronòmica del Caragol, que se celebró entre el 18 de agosto y el 2 de septiembre, coincidiendo con las Fiestas del Cristo 2018.
El primer teniente de alcalde y concejal de Turismo, Víctor Garcia, ha destacado la "elevada participación", acreditada por el volumen total de caracoles degustados, alrededor de 3.000 kg, según los datos aportados.
Las cifras avalan el "gran interés" que despierta esta singular ruta entre vecinos y visitantes y ponen de manifiesto el "positivo impacto económico" que supone para los establecimientos que participan en ella. Cabe recordar que en esta séptima edición han participado 18 establecimentos.
Garcia ha agradecido su implicación y ha resaltado que "con su buen hacer culinario han mostrado la buena gastronomía con la que cuenta nuestra localidad", ha manifestado.
Asimismo, el responsable de Turismo ha valorado "muy positivamente" las novedades introducidas este año, tales como la reducción, de 6 a 4, de los sellos necesarios para conseguir el 'Carnet de Caragoler', un título que da derecho a sus titulares a votar por el bar o restaurante que, según su criterio, prepara la mejor tapa de caracoles, y participar en el sorteo de una comida o cena para dos personas en un restaurante de l'Alcora.
En cuanto a los galardones, va a procederse a realizar el recuento de votos para establecer los tres premios de la edición, correspondientes al primer, segundo y tercer establecimiento más votados.
"La Ruta Gastronòmica del Caragol se ha consolidado como una iniciativa muy destacada dentro de la oferta gastronómica de nuestra localidad", que "además de dar a conocer esta tradición tan alcorina, fomenta la participación en las fiestas".
Cabe destacar que el caracol es el producto estrella del aperitivo o el 'tapeo' en las Fiestas del Cristo de l'Alcora. Cocinado de una manera más o menos similar pero siempre con sutiles diferencias, casi todos los bares y restaurantes los ofrecen en estas fechas.
Se suelen cocinar con una salsa (picaeta) en la que no falta la guindilla, añadiendo a veces hierbas aromáticas de la zona (el romero es la estrella), jamón, tocino, chorizo, almendra, tomate o algún ingrediente "secreto". Cada cocinero o cocinera le acaba dando un toque personal y distintivo.
