Almassora apuesta firmemente por los Servicios Sociales y esto se constata en la gestión del día a día. Una muestra clara de ello es el hecho de que el Servicio Especializado de Atención a la Dependencia haya acelerado la tramitación de las solicitudes de ayudas para personas dependientes en los últimos meses. Así, el pasado ejercicio, se recibieron 237 peticiones, 164 fueron iniciales y las 73 restantes se debieron a la revisión por agravamiento.
Los datos ponen de manifiesto que la gestión ha sido muy eficaz y se ha dado celeridad a todo el procedimiento tanto de atención, tramitación y valoración de las situaciones que presentan los vecinos por motivos de salud, discapacidad, edad y vejez.
Es importante dar una respuesta rápida y efectiva a las familias que viven una situación como esta, mejorando también la calidad de vida de las personas dependientes.
La agilidad municipal busca claramente poder contrarrestar la herencia que el Botànic dejó con unos Servicios Sociales al borde del colapso, con un gran descontrol en el sistema de la dependencia, especialmente, a la hora de asignar las ayudas, una vez desde los servicios municipales se realizaban las valoraciones.
La situación es tal que el Consell de Carlos Mazón ha tenido que realizar dos ampliaciones de crédito para hacer frente a los pagos de la dependencia y al incremento de la nómina que dejó sin atender el gobierno de Ximo Puig.
El vergonzoso legado recibido ha sido tal que la Generalitat se ha visto obligada a devolver 4,8 millones de euros al Ministerio, correspondientes a una partida de ayudas para la dependencia ante la inacción y desidia del gobierno del Botànic. No fueron capaces de planificar ni ejecutar ni un euro del plan en dos años.
Para intentar mitigar el caos, el actual Consell está realizando un importante esfuerzo presupuestario para atender la dependencia, mientras el Gobierno central sigue sin aportar el 50% que le corresponde.
Hemos venido a gestionar, a trabajar, para poner en orden el descontrol que nos hemos encontrado.
