Hemos vivido una Semana Santa muy intensa y emotiva en Almassora, donde esta celebración está declarada fiesta de interés turístico provincial por su simbología y arraigo. Tras días de recogimiento y de solemnidad, que dieron paso a la Pascua de Resurrección, nos hemos comida la mona, como marca la tradición, y hemos disfrutado de buenos momentos con los amigos y la familia.
Las vacaciones escolares siguen unos días más, aunque para muchos padres se han terminado y toca retomar las obligaciones laborales. Una circunstancia que supone un verdadero problema para las familias y es ahí donde entra en juego la siempre reivindicada y necesaria conciliación familiar. Es una cuestión que hay que abordar de frente, con políticas valientes y efectivas, para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, porque no olvidemos que, en numerosos casos, los horarios de trabajo no se adecúan a los horarios de los cuidados.
Las administraciones públicas debemos mover ficha y, como en tantas otras ocasiones, es la local, la más cercana al ciudadano, la que intenta dar una solución para ayudar a los padres a conciliar, a pesar de que sus competencias y recursos son más limitados.
Por este motivo, como ya hicimos en Navidad, hemos ampliado las plazas de la Escola de Pasqua para dar respuesta a todas las inscripciones, porque no queremos que ninguna familia se quede sin este servicio tan necesario. Estos días en el colegio Cardenal Cisneros hemos organizado la Escola de Pasqua con opción de comedor para que los niños puedan salir a las 16.00 horas. No solo se trata de ofrecer un servicio a las familias, una alternativa, sino hacerlo a un precio asequible.
El Gobierno central tendría que tomar buena nota de la necesidad de apostar por la conciliación familiar, porque es una cuestión de las que afectan directamente al día a día de las familias, pero está claro que Pedro Sánchez está más preocupado por aferrarse al sillón prometiendo lo imposible a aquellos que se saltaron los leyes que en dar respuesta a los problemas reales.