Desde media mañana, a las 10.30 horas, la puerta lateral de la iglesia parroquial de la Natividad de Nuestra Señora abrirá sus puertas para dar acceso a todos los vecinos que deseen participar en la actividad.
Los vecinos de Almassora tendrán la oportunidad, el próximo sábado 20 de abril, de acceder a la torre campanario de la iglesia de la Natividad de Nuestra Señora gracias al la congregación local de Els Lluïsos. “Cumplimos una década, pero parece que fue ayer”, ha señalado Carlos Moliner, el máximo representante de Els Lluïsos que ha comparecido junto a la concejala de Juventud en el ayuntamiento de Almassora, María Tormo, para presentar esta convocatoria que “es ya un clásico llegada la primavera”.
El presidente de Els Lluïsos ha invitado a toda la población a acudir a esta convocatoria a la que hay vecinos que asisten año tras año, atraídos por las vistas a las que se tiene acceso desde el campanario, y otros que vienen por primera vez. “No es raro ver que se organizan colas para poder acceder al campanario, lo que demuestra que esta iniciativa es valorada, querida y seguida por decenas de ciudadanos”.
El recorrido
El evento guíará a los vecinos a través de esta estructura anexa a la iglesia parroquial y realiza dos paradas a lo largo del recorrido. En la primera planta del campanario donde se aloja la antigua estructura del reloj, hoy ya en desuso, visitarán la pequeña caja que alberga la maquinaria que en la actualidad se encarga de marcar las señales horarias.
Tras esta primera sala, los asistentes vuelven a tomar las escaleras para acceder a la segunda planta en la que se encuentran las campanas de mayores dimensiones que cobija esta estructura. En este punto, el guía volverá a explicar la historia de cada una de las campanas que se encuentran en este punto del campanario. La Virgen del Carmen, con 255 kilos y datada en 1914; Rosarito, de 430 kilos y datada en el año 1971; María del Rosario Inmaculada, la más pesada, con 1.220 kilos y creada en 1954; así como la más antigua, fechada en 1803 y con 450 kilos de peso.
En el tercer piso, al que no se accede en esta visita por la dificultad que entraña el acceso, se alojan actualmente dos campanas que, “tal y como nos ha señalado el historiador local Primitivo García, no se encontraban aquí en su origen”, según ha señalado Moliner.