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La empresa encargada del control de plagas ha comunicado al Ayuntamiento de Almassora que ya ha completado la segunda ronda de fumigaciones de todas las zonas susceptibles de criar larvas de mosquitos. La firma ha trasladado al consistorio un primer balance de actuaciones que confirma las prospecciones desde el pasado mes de enero para estudiar la evolución del problema y las fumigaciones posteriores para evitar la reproducción.
Este informe que obra ya en manos del departamento de Medio Ambiente, a cargo de María José Tormo, señala que puntos como la playa concentran hasta cuatro tratamientos para evitar la proliferación de la plaga con la llegada del calor. Se trata de uno de los principales espacios que sondea la empresa con carácter regular y también en función de los registros de lluvia y de la temperatura, ya que son decisivos para la cría de mosquitos.
Es el caso de los caminos Vora Riu, Benafelí, Catalans, Om Blanc y la Mitgera, pero también de aquellas otras vías secundarias en el distrito marítimo que están bordeadas por acequias, charcas o piscinas abandonadas. Esta es una de las principales problemáticas para acabar con los focos de larvas, en tanto que los vasos de las piscinas de construcciones sin acabar se convierten en pozos para el agua de lluvia estancada, una de las vías de reproducción de los mosquitos.
El tratamiento se extiende desde la misma conexión por carretera con la primera línea de costa hasta la llegada al casco urbano. Los solares abandonados comparten la problemática de las piscinas por la proliferación de maleza y arbustos, espacios de vegetación aptos para la cría de las larvas que persigue la empresa. Ya en el casco urbano, las inmediaciones de la avenida Generalitat están incluidas en el proceso debido a las extensiones de terreno sin construir. Es el caso de las calles Enrique Limo Escultor, Estatut d’Autonomia, Pepe Clausell, Pont de Salvà, Vicent Serra, Vicent Ventura y adyacentes.
La empresa explica que ha modificado el calendario fijado en base los condicionantes atmosféricos para que el tratamiento sea más efectivo y los vecinos no sufran los efectos de los mosquitos con la virulencia del año pasado. Tal como recuerdan, no sólo resultan afectados los residentes en la playa, Santa Quitèria o zonas urbanas rodeadas de vegetación. De hecho, el tratamiento también ha llegado a puntos de la Vila y alrededores (c/San Vicente, Sagrario, Darremur, avenida de Burriana) y a otros espacios del casco urbano susceptibles de criar larvas en imbornales, como las calles San Jaime o Santa Bárbara.
