Castellón Información
El patrimonio arqueológico de Almassora se verá incrementado en las próximas semanas gracias a la donación de un conjunto de ocho piezas de pertenecientes al yacimiento submarino de la playa de Benafelí. El hallazgo, que fue realizado en los años ochenta por miembros del Club de Actividades Submarinistas Escorpa, se incorporará a la colección de restos subacuáticos existente en el Museu Municipal El Torrelló del Boverot.
El conjunto objeto de la donación está formado por siete ánforas romanas y un cántaro medieval. Las piezas se encuentran algo dañadas por el paso del tiempo pero conservan la forma original y han podido ser perfectamente identificadas por el arqueólogo municipal. Así pues, Luis Carlos Montes, antiguo miembro del club submarinista, se reunirá con la alcaldesa, Susanna Nicolau, en los próximos días para acordar la donación de estos materiales, que serán incorporados al patrimonio municipal y expuestos en el museo.
Tras la recepción de las piezas, personal especializado se encargará de su limpieza y acondicionamiento, tareas previas a la exposición de las mismas. La edil de Patrimonio y Turismo, Amaya Gómez, ha asegurado que gracias a esta nueva incorporación esperamos “dar un nuevo impulso a el museo arqueológico e invitamos a los vecinos a visitarlo para descubrir estos nuevos objetos”.
Gómez ha asegurado que el departamento de Patrimonio trabaja en un proyecto de renovación digital que permitirá “dar a conocer a todo el mundo la gran riqueza arqueológica con la que cuenta Almassora y que, por desgracia, no siempre ha sido valorada como le correspondía”. Caber recordar que a principios de febrero la edil pidió a la Diputación de Castellón que incrementase la promoción tanto del yacimiento arqueológico situado en la partida Boverot como del paraje natural del Millars.
El Museu Municipal El Torrelló del Boverot ya cuenta con 13 piezas procedentes del yacimiento submarino situado en la playa de Benafelí, que, según un estudio arqueológico, podría pertenecer a una nace hundida en la zona entre los años 40 y 50 d. de C. En el momento del hallazgo, estos objetos estaban divididos en más de 200 fragmentos y fueron reconstruidos para su exposición al público. Entre los elementos más singulares se encuentran el ancla de la nave y un colmillo de elefante.