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El Ayuntamiento de Almassora ha reservado 28.800 euros para confeccionar el retablo mayor de la ermita de Santa Quitèria, una intervención que se extenderá durante cuatro meses y que dará entidad a un conjunto hasta la fecha aséptico que el consistorio pretende mejorar. La última rehabilitación del templo, que data de 1682, se ejecutó en 1991.
“Es el momento de intervenir de nuevo para mejorar este espacio tan querido por los vecinos de Almassora con un proyecto respetuoso y profesional”, ha señalado la concejala de Cultura, Isladis Falcó. La propuesta integra el nuevo retablo en el conjunto, teniendo en cuenta el hecho de que la talla de Santa Quitèria debe estar al alcance de los devotos, aunque protegida, y que se puede acceder al conjunto para hacerse fotos.
Según los expertos consultados por el consistorio, los elementos de época de la ermita han sufrido una intervención inadecuada y el altar que alberga a la patrona “es un sinsentido de volúmenes y líneas de mármol y acero”. El criterio del proyecto pretende recuperar el que podría haber sido el acabado decorativo tras la remodelación barroca con la menor intervención posible a nivel estructural.
Según el diseño acordado, el retablo constará de un templete columnado con cúpula, exento y acristalado que albergará la talla de la patrona. La decoración se realizará en dorado con fondo de espolinado en tonalidades rojas y doradas. El resto de volúmenes del presbiterio será decorado de forma que parezca que el conjunto forme parte del retablo. El gran volumen que soporta éste será decorado suplementando los laterales con grandes copetes flamígeros o bien orejeras del mismo estilo que el retablo. Finalmente, el proyecto realizará un frontal de altar que complemente la mesa actual y que sea acorde con el resto.
La concejala de Patrimonio, Amaya Gómez, ha recordado que la redacción del diseño ha tomado como referencia fotos antiguas de particulares para estudiar las diferentes etapas de la ermita antes de diseñar una renovación que compartirá con los párrocos de Almassora y que remitirá a la Generalitat Valenciana. El consistorio quiere eliminar la decoración neutra y aséptica que aleja al edificio del lugar de culto propio de una capilla para mejorar la imagen general.
La intervención en el interior se suma a la reparación de grietas y a la pintura de la escalinata que conecta la ermita con el río Millars, trabajos ejecutados en mayo con un presupuesto de 1.000 euros, además de la reparación de daños en el zócalo exterior de la parte trasera del ermitorio, que desde hace cuatro meses luce pintura nueva.