El cruce de comunicados entre los tres partidos genera dudas sobre la estabilidad política municipal
Esperanza Molina/ Laura Calles/ Castellón Información
La alcaldesa de Castellón, Amparo Marco, ha sorteado con acierto la polémica suscitada ayer tras la reunión de los integrantes del Pacto del Grao, cuando las tres agrupaciones remitieron comunicados diferentes y Castelló en Moviment acusó a Marco de ser la culpable de que la agrupación municipalista no entrara a formar parte del equipo de gobierno.
Preguntada por la situación, esta mañana, tras una rueda de prensa, Amparo Marco no quiso entrar en confrontaciones. “Esta alcaldesa tiene las espaldas muy anchas” respondió cuando se le preguntó sobre estas acusaciones.
Tampoco valoró el comunicado de CseM, ni la propuesta realizada por Compromís, para formar un tripartido de hecho, y no solo de forma en Castellón. En este sentido, Marco afirmó tajantemente una y hora vez: “yo soy leal a los tres partidos del Pacto del Grao”, dijo, al PSOE, al que representa y le dio su confianza cuando la respaldó al frente de su candidatura, a Compromís, con el que forma equipo de Gobierno, y con Castelló en Moviment, con cuyo apoyo alcanzó la alcaldía.
Dicho esto, señaló que no le parecía leal a estas tres fuerzas hacer ningún tipo de declaración al respecto de la reunión de ayer, o manifestaciones “donde no corresponde”.
No obstante, si se vio a la alcaldesa visiblemente molesta, cuando se le preguntó por ‘La reunión del Pacto del Grao’ que, a su entender, no fue así.
Y es que, según Marco, el Pacto del Grao fue firmado por personas que no estuvieron ayer en la reunión, y la de ayer era simplemente un encuentro más para hablar de presupuestos, entre otras cosas, sin el peso que se le quería dar por alguna parte.
Todavía fue algo más lejos cuando se le preguntó directamente: ¿"Y qué opina de que, según CseM, usted tenga la culpa de que esta formación no entre en el equipo de Gobierno”?, a lo que Marco respondió: “haga lo que haga, la culpa siempre es mía”.
Carrasco: “El Pacte del Frau hace pública su fractura, no tenían proyecto más allá de apartar al PP del gobierno”
Así las cosas, no opinaban lo mismo desde el Grupo Municipal Popular, donde la emisión de los tres comunicados desde los miembros del tripartito ha sido valorada como una clara evidencia de que el Pacto del Grao no funciona y hay un claro enfrentamiento entre sus tres integrantes.
En este sentido, desde el GMP se apresuraban esta mañana a remitir un comunicado con su propia valoración en el que, la portavoz del Grupo Popular señalaba:
“El Pacte del Frau hace pública su fractura, no tenían proyecto más allá de apartar al PP del gobierno”
Según Begoña Carrasco: “Cada grupo hace campaña por su lado, nunca han tenido un proyecto de ciudad que primara el interés de gobernar para todos los castellonenses”, para añadir: “Su sectarismo es el que ha llevado al enfrentamiento y a la división social desoyendo las prioridades de la ciudadanía”
Y es que, para la portavoz del GMP, “las crisis de Gobierno se han sucedido a lo largo de tres años de legislatura, “porque son incapaces de gobernar para todos, cada uno piensa y actúa a favor de su electorado. Nunca han tenido un proyecto de ciudad que primara el interés de gobernar para todos los castellonenses”.
Carrasco manifiesta: “No se fían unos de otros, están obligados a poner buena cara sólo por mantener la aritmética que hizo alcaldesa a Amparo Marco, pero la realidad es que cada uno hace campaña por su lado para contentar a los suyos. Es una muestra más de los dos Ayuntamientos que tiene la ciudad, el del PSOE y el de Compromís. Es el gobierno del descrédito, ya nadie les cree. Venían a salvar personas y sí, cada formación ha salvado a los suyos aplicando una política de enchufimos con la que destinan 765.000 euros al año en sueldos de su personal de confianza. 765.000 euros en 13 asesores y 5 altos cargos”.
Afirma también que “Es un gobierno que genera división social porque no escucha a la ciudadanía, gobiernan de espaldas a ella y sólo les consultan cuando les interesa. Sin embargo, para cuestiones determinantes como cambiar el nombre de las calles o eliminar el bilingüismo del topónimo, no se acuerdan de pedirles opinión”.
