Miguel Bataller. Ciudadano del mundo y jubilado.
La semana recién finalizada, me ha servido para ampliar mi círculo de relaciones en Viena, al haber tenido ocasión de conocer a personas alejadas de mi entorno habitual y tan intranquilas e interesadas en el futuro de España, como lo estoy yo.
Muchas horas de proximidad en nuestros momentos extradeportivos nos acercaron y al final inevitablemente acabamos abordando temas de interés común, preocupados todos por la deriva que ha tomado el Gobierno.
Los había que reconocieron ser, hasta la llegada de Pedro Sánchez, votantes socialistas en la mayoría de los comicios.
Otros nos declarábamos con la misma sinceridad, votantes de centro-derecha habituales e incluso los había que manifestaron “no ser de nada ni de nadie” simplemente porque no creían en nuestra clase política, y no querían sentirse responsables de los desacatos que pudieran llevar a cabo aquellos a quienes ellos votaban, es decir que hacia tiempo que habían optado por no votar para evitar ese riesgo.
Sólo en dos temas, había prácticamente unanimidad absoluta, entre los que participábamos en esos intercambios de puntos de vista:
- Las autonomías son el cáncer que acabará con la España actual, si España no rompe antes el estado de las autonomías.
- Sànchez se equivoca totalmente, se entrega incondicionalmente a Podemos y a los independentistas y exterreroristas para mantenerse en el poder precario.
Cuando entrábamos a las opciones que nos quedaban para depositar nuestro voto, unos pensaban en el PP, otros en Ciudadanos decepcionados con la corrupción que se había larvado en los Gobiernos de Rajoy y sus incumplimientos en todas las promesas que hizo siendo la oposición de Zapatero, pero mi mayor sorpresa vino dada cuando algunos de ellos empezaron a expresar con cierta timidez, su determinación a votar a VOX.
Su argumento era tan contundente como evidente:
Es el único partido que lleva en su programa la eliminación de las autonomías si llegan al poder. Me pareció una razón muy convincente.
Si estamos todos de acuerdo en que la “enfermedad mortal de España” son las Autonomías, la única forma de salvarla es eliminarlas.
Pero inmediatamente hay que tener en cuenta, que una vez se llega al Poder, los partidos políticos encuentran en las Instituciones Autonómicas acomodo para muchos de sus militantes y dirigentes, que encuentran una solución a sus vidas profesionales, dentro de ese ámbito.
Y el PP en gran medida y Ciudadanos en menor proporción por ser un partido mas joven, y con menos recorrido en los aledaños del poder autonómico, difícilmente pueden emprender esa tarea por iniciativa propia, porque estarían echando piedras en sus propios tejados.
Y el PSOE menos que nadie, porque sus habituales mayorías nacionales, siempre se han basado en el socialismo andaluz y en el catalán, y en esas dos autonomías han tenido siempre colocados a sus principales responsables autonómicos, los andaluces con mayorías absolutas y los catalanes pactando con Dios o con el Diablo, para seguir mamando de la “teta autonómica” siempre, aún a riesgo de dar el poder a los enemigos de España y precisamente por eso el PSC de Zapatero, nos metió en este problema del que nadie sabe como sacarnos y menos que nadie el Gobierno de Pedro Sánchez, que vive en su “mundo de yuppy” sin querer ver hacia donde nos lleva a todos los españoles.
En principio lo achacaba a su insensatez, hoy a su egoísmo desmedido.
Son muchos los habituales dirigentes y ex votantes socialistas del felipismo, los que ahora reniegan de este descerebrado ególatra, sin esconderse y expresando públicamente sus opiniones y entre ellos en los últimos días han salido Alfonso Guerra, Nicolás Redondo Terreros y Paco Vázquez.
Sin ir mas lejos, el pasado sábado el PSOE celebró su primer Comité Federal tras la elección de Pedro Sánchez como Presidente del Gobierno en La Moncloa, y a esta reunión del máximo organismo socialista entre congresos, faltaron cinco “barones” (entre ellos Susana Díaz) que no querían hacerse coparticipes de todos los desmanes que está llevando a cabo el Presidente del Gobierno, sobre todo en lo concerniente a Cataluña y que sin duda les va a pasar factura en cada una de sus autonomías en las próximas elecciones autonómicas y municipales.
Es decir, que esa piña que hasta ahora parecía arroparle incondicionalmente, para mantener cada uno sus privilegios, se esta rompiendo, porque son muchos los que saben que por culpa del Presidente del Gobierno, pueden perder ellos el poder autonómico y no parecen dispuestos a sacrificarse por Pedro, del mismo modo que Pedro no estuvo nunca dispuesto de a sacrificarse por España, sino más bien a servirse de ella para conseguir su “renta vitalicia como Ex Presidente de un Gobierno de Okupas”, que pasará a la Historia de España, como el mas breve e indigno que ha tenido nuestra nación en los últimos tres cuartos de siglo.
Es decir, que mientras aparentemente se están recomponiendo sensatamente, dos partidos Constitucionalistas (PP y Ciudadanos) y se incorpora al juego político con un vigor mucho mayor del esperado VOX, que añade a sus criterios fundamentales el fin de estado de las autonomías, como elemento diferencial pero trascendental y definitivo para muchos españoles, por la izquierda se debilita y divide lógicamente un socialismo irracional y entregado a las tesis comunistas del Podemos o a las interesadas de los independentistas, que va a perder el apoyo de muchos socialistas tradicionales, que no quieren dejar de serlo por el “capricho egoísta” de un Pedro Sánchez abocado al fracaso, a corto, medio o largo plazo.
Las urnas dictaran sentencia, cuando él decida convocar elecciones generales, pero antes podrá verificar los efectos secundarios de su insensatez en las Autonómicas Andaluzas, y si aguanta el embate en ellas conservando ese eterno Gobierno Socialista Andaluz solo o mal acompañado, acudirá al final de su sueño seis meses después, cuando verá como se hunde en la miseria el PSOE en el resto de España por su culpa, no por la culpa de sus dirigentes regionales, que salvo en la Comunidad Valenciana, siempre han estado en contra del Independentismo Catalán, pero aquí conviven Compromís Y PSPV, sirviendo conjuntamente al catalanismo independentista, que es él que les ha financiado abundantemente a los dos desde hace muchos años y por eso el socialismo valenciano ha sido siempre mucho mas catalán que valenciano y también por eso en cada elección han ido perdiendo votos entre los valencianos y al igual que Pedro Sánchez, Ximo Puig ha llegado a la Presidencia de nuestra Comunidad con los peores resultados de la Historia del PSPV en nuestra Comunidad y han tenido que recibir el apoyo de los pancatalanistas de Compromís y de los comunistas de Podemos, para mayor oprobio y vergüenza del socialismo valenciano.