El domingo el Partido Popular consiguió, por primera vez, la mayoría absoluta en Andalucía. En la región más poblada, esa que durante tantas décadas el PSOE consideró su cortijo, los andaluces han sabido salir de una vez por todas del socialismo. Y lo han hecho para apostar por un gobierno moderado y de todos los andaluces. Apostando por el Partido Popular. Apostando por Juanma Moreno. O lo que es lo mismo, apostando por la humildad, la gestión, la libertad y el crecimiento.
Porque lo del domingo eran unas elecciones autonómicas, sí; pero también eran la constatación de una realidad incontestable. Esa que habla de un horizonte teñido de azul (como todas las provincias andaluzas) y, sobre todo, de que los ciudadanos, cuando el PP gobierna, aprueban y con nota su gestión. Así se lo han demostrado a Juanma Moreno. Por encima de la crispación y la estridencia que persigue la izquierda, los votantes ambicionan serenidad, seriedad, propuestas y compromiso con un proyecto.
Y eso es lo que ofrece el PP. En Andalucía, Madrid y, por supuesto, la Comunitat Valenciana, Castellón y Almassora. Porque en el Partido Popular estamos preparados para devolver las oportunidades a la gente y construir, siempre pegados a la calle, el mejor proyecto para nuestra tierra.
Que nadie dude que, en menos de un año, así lo hará Mazón en la Comunitat Valenciana. Desde el centro, ensanchando al máximo las bases y contando con todos para hacer un proyecto de grandes mayorías que recupere la Comunitat Valenciana para todos los valencianos.
Sin distingos y sí desde el convencimiento de que lo mejor para esta región está por llegar. Con decisión y desde la humildad, pero convencidos que el Partido Popular encarna el proyecto que merecen y necesitan los valencianos, castellonenses y almassorins.
Andalucía ha marcado el camino. Ahora solo queda una cosa: trabajar, trabajar y trabajar siempre al servicio de la ciudadanía.
