El sector ahorrará 112 millones de euros, aunque tendrá que reducir emisiones y asumir la compra de derechos si se excede
Castellón Información
El Diario Oficial de la Unión europea ha publicado recientemente que las fritas y esmaltes cerámicos han sido reconocidas nuevamente por la Comisión Europea como sector incluido dentro de la lista de ‘Fuga de Carbono’ para el próximo período 2021-2030. El logro ha sido fruto de un arduo trabajo por parte de la Asociación Nacional de Fabricantes de Fritas, Esmaltes y Colores Cerámicos (Anffec) desarrollado a lo largo de el año 2018, y cuyo resultado ha sido finalmente aprobado en 2019. Las empresas han presentado ya la nueva documentación requerida por el Ministerio al efecto, y en estos momentos el sector está a la espera de que la UE emita nueva normativa para el desarrollo de este plan, con el fin de tener una idea clara sobre cuál será la cantidad total de derechos de emisión concedidos y las condiciones de esta próxima etapa.
Según la patronal, este reconocimiento permitirá a las empresas ahorrarse en torno a 112 millones de euros, cifra que, considerando un precio de 30€/tonelada de CO2, se estima habría costado la compra de derechos de emisión durante esos diez años a la totalidad del sector. Esto supone renovar el estatus del que las fritas han gozado en períodos anteriores, desde que comenzara a funcionar en la Unión Europea el Sistema de Comercio de Emisiones (ETS), cuyo fin es la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (CO2).
Para conseguirlo, Anffecc ha trabajado en este proyecto durante meses junto a los técnicos de las empresas, consultoría especializada, el Ministerio y la Comisión Europea, con el fin de elaborar un informe específico relativo a las particularidades de este sector, muy concentrado en España y con unas características muy concretas, para renovar su condición de ‘fuga de carbono’ ya que, dada la especificidad del producto, ésta no se producía de forma automática. Según explica el presidente de la asociación, Joaquín Font de Mora, “conseguirlo en esta ocasión ha supuesto un trabajo muy importante por parte de Anffecc, pues somos un sector muy especializado y pequeño en Europa y había que demostrar que cumplimos con creces los requisitos cada vez más exigentes que solicita la Unión Europea”.
Hay que destacar que, pese a que las fritas y esmaltes españolas siguen siendo líderes mundiales por su calidad e innovación, poder contar con derechos de emisión gratuitos es importante pues la competencia en países emergentes está al alza. Recordemos que en estos países los costes de energía y mano de obra son mucho más bajos, y además en ellos no hay obligación de implementar medidas de protección medioambiental.
Esfuerzos de la industria
Esto no implica, no obstante, que la industria no deba hacer un esfuerzo. El cálculo para la concesión de derechos es cada vez más restrictivo, y a ello hay que sumar el desconocimiento de las particularidades del nuevo plan, cuyos borradores se están siguiendo de cerca, o la posible imposición de un coeficiente corrector que paulatinamente vaya reduciendo derechos concedidos año a año, como ha sucedido en otros períodos.
Así, aunque la clasificación conseguida es muy importante, no exime a las empresas de verse obligadas a comprar derechos en el caso de que algún año se excedieran en sus emisiones con respecto a las concedidas. Por ello, afirma Font de Mora “es muy importante continuar realizando inversiones en eficiencia energética, con el fin de ir reduciendo paulatinamente las emisiones”. En este sentido, destaca que, como así ha reconocido tanto Ministerio como Conselleria, desde que comenzó el sistema en el año 2005, “el sector siempre ha ido reduciendo el ratio de emisiones por tonelada de frita producida, no solo de CO2 sino también de muchos otros contaminantes, en una apuesta consciente por la protección de la salud y el medio ambiente y la lucha contra el cambio climático”.
