La jornada tiene como objetivo ensalzar la labor comunitaria que ejercen las y los profesionales de este sector
Castellón Información
El Col·legi de Treball Social de Castelló (COTS) celebra este martes, 20 de marzo, en el Menador Espai Cultural de la capital de la Plana el Día Mundial del Trabajo Social 2018 bajo el lema Promoviendo comunidades y entornos sostenibles.
La jornada tiene como objetivo ensalzar la labor comunitaria que ejercen las y los profesionales del Trabajo Social y reivindicar su presencia en el ámbito más cercano a la ciudadanía. Pretende además ser un punto de encuentro para debatir y reflexionar sobre la intervención social de este colectivo, y para conmemorar el centenario de la publicación del libro Social Diagnosis de Mary E. Richmond, "que creó el Trabajo Social en el mundo, tal y como lo concebimos hoy".
Así lo destaca Josefa Fombuena, Doctora por la Universitat de València y Diplomada en Trabajo Social, que impartirá la ponencia Mary Richmond y el diagnóstico social: 100 años de Trabajo Social, sobre la que gira la jornada conmemorativa en el Menador Cultural, que analizará cómo ha evolucionado la profesión en este primer siglo de vida. A la jornada le precederá la celebración de la Asamblea General del colectivo. La agenda incluye también el primer homenaje a las colegiadas que se han jubilado este año.
Mary Richmond (EEUU, 1861–1928) formalizó las técnicas, contenidos, sistema de intervención y teorías del trabajo social. Con su publicación en 1917 la autora "permitió que un conjunto de actividades guiadas por la buena voluntad se convirtiera en profesión con base científica y eso lo cambió todo", señala Fombuena. Social Diagnosis se basa en la investigación de quince años por parte de la autora de 2.800 casos.
Una publicación revolucionaria al fijar en el diagnóstico social la base para una buena intervención con la persona y abogar por técnicas como la entrevista para desarrollar la confianza, o estrategias encaminadas a empoderarla, potenciando sus capacidades para poder cambiar su trayectoria social. "Repudiaba la mendicidad", recalca Fombuena.
A su juicio, Richmond arrojó dos pilares que sustentan la labor de las y los trabajadores sociales en la actualidad: el concepto de justicia social y la idea de que lo que importa es la persona, con rostro e historia; "no un expediente".
Tres décadas de Trabajo Social en la Comunidad Valenciana
"El paso del tiempo ha sido importante en el caso del Trabajo Social", apunta Fombuena. En la Comunidad Valenciana la profesión ha nacido y se ha consolidado en un margen de poco más de 30 años. "Antes de esta fecha sus profesionales se llamaban asistentas sociales y estudiaban en escuelas diocesanas. Ya no, hoy lo hacen en la universidad. Nos hemos consolidado sobre todo en formación e investigación, y eso que aún nos queda mucho por hacer".
Entre esos retos: sumar profesionales. "Somos muy pocas aún; una media de cinco por cada 20.000 habitantes y eso es ridículo", lamenta la doctora. También queda pendiente convertirse en pieza clave de los equipos interdisciplinares en, por ejemplo, los centros educativos. "En los colegios no hay profesionales del trabajo social, y eso no hay quien lo entienda".
Y por último: seguir desarrollando la parte investigadora, con más colecciones de publicaciones, "porque eso permitiría mejorar la eficacia de la intervención para conseguir el objetivo: que la gente se pueda valer por sí misma", así como disponer de facultades propias, como el caso de la Complutense de Madrid. En la Comunidad Valenciana hay un Departamento de Trabajo Social dentro de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universitat de València. Y en el caso de Alicante, una Escuela de Trabajo Social.
"Hemos avanzado mucho y le debemos mucho a Mary Richmond. Su idea del trabajo social era el de una profesión realizada en la calle, con la atención al pobre como eje y desarrollada principalmente por mujeres; esas son las ventajas de esta profesión, y también sus dificultades. Hay que cuidarla porque aún es frágil", sostiene Fombuena. Aún quedan estereotipos que combatir, reconoce esta experta: "Nos siguen confundiendo con personal voluntario, cuando somos profesionales con formación universitaria e instrumentos de trabajo".
¿Cómo definía Richmond el Trabajo Social? "Ella decía que para ser trabajadora social hace falta la práctica supervisada; una personalidad atractiva –con un discurso que cale- y enérgica, porque te mueves habitualmente en situaciones de dolor; y conocimientos teóricos basados en los libros. Y yo creo eso. Has de saber mucho, pero también conectar con la gente", añade Josefa Fombuena. Al listado suma el conocimiento minucioso del territorio en el que se mueven que tienen estas y estos profesionales.
Tras los avances conseguidos, y aun con las asignaturas pendientes que resumen este primer siglo de vida del Trabajo Social, Fombuena se atreve a dilucidar un futuro a largo plazo. Imagina cómo le gustaría que fuera su colectivo dentro de otros cien años, y lo tiene claro: "Me gustaría que fuéramos menos necesarias, que podamos dedicarnos a escribir novelas –resalta entre risas-. Porque mientras seamos necesarias, no vamos bien".