Begoña Carrasco. Portavoz del Grupo Municipal Popular en el Ayuntamiento de Castellón y Presidenta del PP de Castellón de la Plana
El equipo de gobierno municipal en Castellón acaba de anunciar que apaga las cámaras de vídeovigilancia que cortaban el acceso al centro de la ciudad. Al menos hasta octubre. Es sin duda un triunfo sin paliativos de los comerciantes, de los hosteleros, de los usuarios y residentes, de las personas con movilidad reducida, de los autónomos y las pymes… que llevan semanas reclamando una medida que el tripartito de izquierda ha venido postergando y negando. Hasta hoy. La lógica ha acabado por imponerse.
Desde el Partido Popular llevamos semanas reclamando esta medida. Hemos estado al lado de todos ellos, y en el pleno de febrero llevamos precisamente una moción instando a que se desconectaran. En aquel momento, la alcaldesa Amparo Marco dijo que no. Pero el tiempo nos ha dado la razón.
Lo veníamos reclamando desde el mismo momento en que entró en funcionamiento un sistema que era un Gran Hermano y que solo ha sido una gran máquina recaudadora, con sanciones de 200 euros. Las quejas de los usuarios se cuentan ya por centenares… ¡y por miles de euros! A día de hoy ya hay usuarios que ya acumulan multas por valor de 2.000 euros, o incluso por 4.000 euros. Por el simple hecho de acceder a una vivienda de su propiedad. ¿A esto le llama la alcaldesa de Castellón ser un gobierno responsable? Los hechos hablan por sí solos.
El área de Movilidad del gobierno de la socialista Amparo Marco, la que dirige el concejal Jorge Ribes, ha puesto en marcha el Gran Hermano que es este circuito de videocámaras sin contar con nadie. Lo hemos dicho y lo volvemos a reiterar: con premeditación, alevosía y nocturnidad. Porque ni siquiera se ha molestado en informar a los vecinos del área afectada. Este es el modelo de transparencia que aplica en el Ayuntamiento de Castellón. Tampoco se ha reunido con los sectores económicos afectados, para buscar las soluciones que necesariamente requieren para llegar hasta clientes, comercios y locales de restauración. Nada, botón del ‘on’ en marcha… y a multar.
El centro de nuestra ciudad se muere. Y el gobierno del Ayuntamiento de Castellón, en manos de la izquierda, en lugar de buscar soluciones, en vez de activar ayudas y acciones que alivien la situación, está ahogando a todos con trabas y más trabas. Ni un euro han recibido en concepto de ayudas. Por eso han estado tres semanas consecutivas manifestándose. Están cansados de promesas, de palabras huecas, de cero resultados.
Desde el Partido Popular estamos de su lado y a su lado. La solución era fácil. Lástima que, una vez más, llegue tarde, y después de las protestas semanales de los comerciantes y hosteleros, y de las cientos de reclamaciones de los usuarios afectados. Correctivo sin paliativos para la política de rodillo de la alcaldesa Amparo Marco. Los castellonenses, han ganado.