Por Begoña Carrasco. Portavoz del Grupo Municipal Popular en el Ayuntamiento de Castellón. Presidenta del PP de Castellón de la Plana
Ni es momento, ni es la solución. El Partido Popular decimos No a la implantación de la tasa turística en la ciudad de Castellón. Y por eso hemos logrado sacar adelante en el pleno una iniciativa que arranca el compromiso del gobierno municipal, con luz y taquígrafos, de que la capital de la Plana será una ciudad libre de ‘tasazos’ en materia turística. Una pena que los concejales del PSOE la apoyaran con la boca pequeña, con una abstención, más por fastidiar a sus socios de Compromís que por convicción. Pero lo que cuenta es el resultado.
No es momento de la tasa turística, porque la situación es infinitamente complicada para todos los castellonenses, y también para las pymes y los autónomos de todos los sectores, incluido el turístico. La pandemia de Covid, la guerra de Ucrania, la crisis económica, el alza de costes… está haciendo que muchos negocios no solo no puedan llegar a final de mes, sino que incluso ni siquiera puedan levantar la persiana. Y no es momento porque no la solución, porque este nuevo impuesto no va a hacer que llegue ni un solo turista más. Más bien va a tener el efecto contrario. Y precisamente, desde el Partido Popular lo que pensamos que necesita Castellón es que vengan y muchos. Cuantos más mejor.
Una vez más, la izquierda está pensando únicamente cómo puede seguir exprimiendo el bolsillo de los ciudadanos, ya sean vecinos de Castellón o foráneos. Y una vez más, lo hacen con peleas y líos. El PSOE y Compromís, a la greña. Que si hay que ponerla, que si no… En público el PSOE dice que no se va a aprobar, pero en privado la tramita para que se pueda poner en marcha. Afán recaudatorio, pura y duramente. Eso sí, luego, la pelota, a los ayuntamientos. La Generalitat a recaudar, y los ayuntamientos a cobrar, y los ciudadanos a pagar. El negocio es redondo.
La preocupación de Amparo Marco no debería ser cobrar más impuestos a los turistas, sino recuperar la bandera azul de la playa del Serradal. También debería ser controlar que no haya vertidos incontrolados y que no se tengan que cerrar hasta dos veces al baño, como ocurrió el año pasado. También que todos los servicios de la playa y de atención a los visitantes estuvieran abiertos al público, caso de la Oficina de Turismo de la estación de tren o de las playas, o que el lunes de Pascua, el Planetario estuviera abierto. Debería ser tener los mosquitos a raya, porque en el mes de abril la situación ya está completamente desbordada.
O en cerrar el convenio de colaboración con el Aeroclub, para que las instalaciones puedan recibir las inversiones que necesita o en activar los cambios legales necesarios para que los chiringuitos de la playa, los cuatro que ya existen e incluso más, puedan estar abiertos al público en tiempo y forma, como ocurre en otras localidades.
El gobierno municipal tiene muchos asuntos de los que ocuparse. Lo último que se necesita es una nueva tasa para gravar el turismo, que lo único que va a hacer es dificultar el desarrollo de un sector que es básico para Castellón y que puede ser un generador de riqueza, empleo y futuro.

































