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domingo, 24 de noviembre de 2024 | Última actualización: 20:36

Carbón, ¿dulce o amargo?

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Enrique Domínguez. Economista

El comportamiento del paro registrado ya venía señalando desde hace muchos meses la creciente dificultad de la economía castellonense para reducir su número. En una economía con un comportamiento tan estacional año tras año, se constataba que cada vez era más difícil alcanzar las cifras previas a la anterior crisis, la de 2008.

Y desde octubre de 2019 se observa que el montante de las personas paradas registradas al final del mes era superior al de doce meses antes. Esta circunstancia adquirió tintes dramáticos a finales de marzo de 2020 con el inicio de la presente crisis sanitaria y económica.

A pesar de la situación que atravesamos, la marcada estacionalidad de nuestros sectores económicos ha seguido manteniendo la evolución previa a su inicio, si bien con mucha menor fuerza; ha descendido el número de parados respecto a noviembre, aunque de manera simbólica, 21 personas, mientras en diciembre de 2019 se redujo en 909.

La campaña turística del pasado verano ha sido muy floja, mientras la relativa a la citricultura se ha mantenido al ritmo esperado, a pesar de los efectos nefastos, y que se agravarán en la próxima campaña debido a la plaga del cotonet de les Valls, traída de Sudáfrica por los controles laxos en las fronteras de la UE y, una vez instalada aquí, por la supresión del producto fitosanitario que lo combatía, desde principios de 2020.

La mayor producción esta campaña y la demanda, aunque los precios al agricultor, por la peor calidad, han sido bastante inferiores, ha dado lugar a que la afiliación al Sistema Especial Agrario a finales de diciembre ha superado en 1421 personas a las afiliadas doce meses antes.

La actividad industrial también ha registrado un retroceso mínimo en este mes respecto al anterior y, lo que es más importante, el paro registrado industrial en diciembre respecto a igual mes de 2019 solo ha aumentado un 1,8% mientras el paro registrado total en igual intercalo ha crecido un 14,9%. Ello concuerda con la evolución de las exportaciones que en los diez primeros meses de 2020 han disminuido un 7,7% mientras las relativas a los productos cerámicos han aumentado un 0,9%. La incidencia de la crisis sanitaria en la económica se aprecia en la marcha de las importaciones, que en ese periodo han descendido el 46,2%.

La crisis económica se constata al analizar la evolución seguida por el paro en los servicios, entre ellos el comercial, en diciembre de 2020, mes en el que aumenta en diez personas, mientras en igual periodo de 2019 disminuyó en 800.

Y todavía se observa mejor en el grupo de sin empleo anterior en el que el número de personas inscritas crece un 45,4% en diciembre de 2020 respecto a doce meses antes, lo que denota la dificultad para encontrar trabajo.

La contratación ha descendido de manera relevante respecto a noviembre, un 24,2%, y bastante más que en la Comunitat Valenciana (CV), un 9,7%, y en España, un 6,5%. En cambio, si comparamos el número de contratos en diciembre de 2020 respecto a igual mes de 2019 la disminución en Castelló, el 6,76%, es inferior a la de la CV, el 6,94%, y a la de España, el 22,13%. Ello vendría influido por la menor dinamicidad de la actividad turística y comercial de la provincia en este mes respecto a las otras dos zonas.

Para el conjunto del 2020, sin embargo, el acumulado de las contrataciones ha bajado prácticamente lo mismo en Castelló, un 25,65%, que en la CV, un 25,63%; retroceso inferior al del conjunto español, un 29,18%. Castelló sigue situada en quinto lugar en cuanto al peso de los contratos indefinidos sobre el total, aunque solamente son 14,5 contratos de cada cien, mientras en la CV son10,5 contratos y en España 9,7 contratos.

En resumen, la estacionalidad sigue siendo la nota característica de la economía castellonense a pesar de la fuerte incidencia de la crisis sanitaria y económica y no tiene visos de cambiar a corto y medio plazos; carbón más amargo que dulce ¿Qué opina usted?