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domingo, 24 de noviembre de 2024 | Última actualización: 23:03

El día de la Bestia

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Luis Andrés Cisneros.

En 1995, se estrenaba en España, la película ‘El día de la Bestia’, dirigida por el director bilbaíno Alex de la Iglesia. Sin duda fue un gran éxito en ese año, lo que le llevó a conseguir 6 Premios Goya en la edición de 1996, entre ellos el de Mejor Director. Se encuadró dentro del género de comedia satánica.

Si Alex de la Iglesia tuviera intención de hacer una nueva cinta, lo tendría muy fácil a la hora de elegir el título. No tendría que devanarse los sesos ni pasar horas y horas pensando qué nombre sería el más apropiado. Sería tan sencillo como usar el plural de su gran éxito de 1995: ‘Los días de las Bestias’. El argumento sería muy sencillo de plasmar en la gran pantalla. Simplemente tendría que basarse en el terrorismo callejero que está soportando nuestro país en estos días.

Poco tendría que escribir, el argumento ya viene dado por políticos, vagos, maleantes, terroristas, delincuentes y medios de desinformación. ¡Nunca en la vida se lo han puesto tan a huevo a ningún guionista o director de cine!

No obstante, y dentro de mi espíritu de ayudar al prójimo, voy a pergeñar unas pinceladas sobre por dónde deberían ir los tiros del guion cinematográfico que, sin lugar a dudas, podría ser un taquillazo sin precedentes en la historia del cine mundial.

La dificultad radicaría a la hora de elegir a los actores principales, ya que son varios los que optarían a hacerse con los papeles principales. Ello podría derivar en que sería muy probable que los títulos de crédito, al inicio del film, se hicieran interminables.

Por cierto, tengo que pedirles disculpas, se me ha olvidado comentarles y describirles cuál es el argumento principal de ‘Los días de las Bestias’, aunque imagino que ya tendrán alguna idea sobre el desarrollo de la historia que se relatará en la película, ya que lo están viendo ocurrir a diario en las calles de nuestras ciudades.

Efectivamente, lo han adivinado, el guion y las imágenes plasmarán todo lo que las bestias terroristas que asolan, aterrorizan, incendian, roban y agreden criminalmente en Barcelona, Madrid y otras ciudades españolas, están llevando a cabo, con el beneplácito y, en muchas ocasiones, bajo las directrices de políticos corruptos y mafiosos.

Los papeles protagonistas serían, entre otros muchos, para el diablo sobre ruedas, el Marqués de Galapagar, el Doctor Fraude, el Ministro de la Infamia a la Policía y, cómo no, Rasputín el de la Moncloa, el mayor responsable de la deriva desintegradora que está sufriendo nuestro país, Todos y cada uno de los desvaríos del gobierno, llevan su indeleble firma. No me olvido de la riada de actores secundarios, como nacionalistas, separatistas, golpistas y terroristas, que están sacando tajada de este estado bélico.

Tenían que buscar una excusa, un detonante, una espoleta, y ésta ha sido el ingreso en prisión de un tal Pablo Rivadulla, delincuente convicto, violento y descerebrado, el cual tendría que haber estado en prisión muchos meses antes. Curioso, le llaman artista por declamar unas letras de unas supuestas canciones incitando al odio y a la violencia y que puede acabar en un tsunami de destrucción horripilante.

O sea que, ahora, aleccionar a matar, entre otras muchas lindezas, es libertad de expresión. Y también es libertad de expresión pegar fuego a contenedores, destrozar el mobiliario urbano, asaltar y robar en tiendas que encuentran a su paso, aniquilar comercios, cajeros automáticos. Y, como gran logro de libertad de expresión figura el atacar impunemente a las distintas Policías. Imagino que estarán contentos de que sus ataques consigan matar a algún defensor público. Ahí habrán conseguido la total libertad de expresión.

Imagino que dicho individuo, de casta le viene al galgo, desde la cárcel donde está confinado (cuidado, que este criminal estará en la calle en dos días) y entonces encontrará acomodo en algún partido político. Será muy probable que lo contraten como asesor de Echenique, con un sueldo de niñera de ministra, o figure en las listas de Bildu, o la CUP o PSOE (en Podemos lo tiene garantizado).

¿Qué tenemos que esperar de un Ministro del Interior que ordena a las fuerzas a su cargo que no carguen contra los delincuentes criminales? Para este cobarde y melifluo máximo mandatario de nuestras Policías ¿es más grave y peligroso comerse un roscón delante de la mansión del Marqués de Galapagar, que intentar asesinar a Policías? Yo no pido su dimisión, yo pido su cese inmediato.

Con respecto a las turbas de la libertad de expresión, me gustaría verlos en Irán, Venezuela, Corea del Norte o Cuba. Acabarían, en sólo unas horas, con la fabricación anual de Dodotis. Tal como está el país, estos adalides de la libertad y de la defensa de los trabajadores, no han movido ni un dedo por los millones de españoles que están viendo cómo su vida está arruinada por culpa del gobierno y, estas bestias manipuladas, les siguen machacando.

Y aún hay partidos, como los Casado’s Boys que siguen mirando de perfil y buscando acuerdos con los que odian a España. Cómo dice Santiago Abascal y su gente “Sólo nos queda VOX”.

Hay que proceder de inmediato contra ‘Los días de los Bestias’ y todos sus muñidores. Hay que pedir la ilegalización de todas aquellas formaciones que los alientan y dirigen, así como la puesta a disposición judicial de sus líderes. Es una simple cuestión de supervivencia.