Miguel Bataller. Ciudadano del mundo y jubilado.
Antes de entrar a evaluar el partido en sí mismo y su desarrollo, quiero hacer constar que nos ha dado una alegría enorme, a todos los socios y aficionados del equipo amarillo, que nos desplazamos a Gdansk y disfrutamos de unas 36 horas de sana y alegre convivencia en esa preciosa capital de la Pomeramia Polaca.
La ciudad vibró intensamente con los 2.500 asistentes que abarrotaron su centro histórico, con sus cánticos y alegría incontenible, por el simple hecho de estar en la final hasta que llegó el momento de ir a un estadio muy moderno y bien concebido.
Sufrimos lo indecible durante los 120 minutos que duró, con prórroga incluida al llegar al final de los 90 minutos del mismo con 1-1 y a continuación una tanda de 22 penaltis, a pruebas de infarto en corazones débiles.
Los dos últimos decidieron el resultado.
Rulli, portero del Villarreal lanzó el suyo, batiendo por la escuadra al español del Manchester United, De Gea, en tanto que a renglón seguido atajó junto a la base de su palo izquierdo el lanzamiento del español contra la meta amarilla.
Sin proponérselo, se convirtieron los dos en el Héroe y el Villano de este emocionante espectáculo.
Si entramos a valorar el partido en sí mismo, no fue ni mucho menos exquisito.
Fue más bien una guerra de estrategias, entre un equipo que se sentía superior por el valor de su plantilla y los nombres y prestigio de sus componentes, ante otro equipo extraordinariamente motivado y con la lección muy bien estudiada y aprendida que le esperaba en campo propio, para tratar de sorprenderle en fulgurantes contra ataques que apenas se dieron o en jugadas prefabricadas a balón parado, perfectamente dirigidas en su origen por Parejo y Jeremi Pino, buscando las dejadas o remates en el área especialmente de Albiol, Pau Torres y Capoue intentando habilitar en último término a un Gerard Moreno bendecido esta temporada por la fortuna ya que casi todo lo que toca en el área acaba besando la red del equipo contrario.
Y en una de esas jugadas a la media hora de partido, nuestro internacional goleador tras superar a Lindelof y anticipándose al defensa cruzó a la red el servicio perfecto de Parejo, en el único disparo a puerta de los amarillos, que yo recuerde con peligro en todo el partido.
Con ese resultado se llegó al descanso y con similar fortuna pasado el minuto cincuenta del partido, Cavani
marco un gol en un disparo cercano muy afortunado por un afortunado rebote en Pedraza en el área del Villarreal.
Tampoco el Manchester disparo a puerta, más que en otra ocasión de Rashford que detuvo muy bien Rulli.
Eso nos demuestra perfectamente, lo bien planeado que tuvo siempre Emery el sistema de contención amarillo, sin conceder espacios a los jugadores trascendentales en las proximidades del área y por eso el Premio al Mejor Jugador del Partido, se lo llevo Capoue, que supo desactivar perfectamente al binomio Bruno Fernández –Pogba a lo largo de todo el partido, cuando se acercaban a los aledaños del área.
Un sobresaliente en estrategia al donostiarra, que supo refrescar al equipo en los momentos oportunos a partir del minuto 85 cambiando a los laterales tarjeteados y sustituyéndoles por dos compañeros más frescos y que se impusieron casi siempre a sus rivales más cansados y con la prorroga llamando a la puerta.
Antes, Coquelin había sustituido a Baca para mejorar la consistencia en el centro del campo y Moi Gómez a un Manu Trigueros muy trabajador pero poco creativo ayer y Paco Alcacer a un Jeremy Pino ya muy cansado.
Me sorprendió Solskjaer al esperar a hacer el primer cambio en el minuto cien y los cuatro restantes en los últimos cinco minutos de la prórroga, aparentemente para sacar especialistas en el lanzamiento desde el punto de penalti.
“Demasiado tarde forastero” le hubieran dicho en el Oeste Americano, cuando quiso desenfundar ya no valía la pena y así llegamos al minuto 120 , en el que Raba entró por Capoue, por ser un buen lanzador de penaltis.
Y en este menester, veintiuna penas máximas, perfectamente ejecutadas, sin un solo fallo y sin apenas posibilidades para ninguno de los dos porteros de atajar. Apenas una ocasión por parte de Rulli al tocar y desviar uno de los últimos lanzados por los ingleses, pero sin poder evitar que entrara.
Y el mazazo final fue el tiro a la escuadra de Rulli en la guerra entre porteros y su paradón excepcional a un buen disparo de De Gea junto a la base del palo izquierdo, que significó el primer título europeo para el Villarreal y ver el sueño cumplido de todos los seguidores del Submarino Amarillo personificado por toda la plantilla y todos los miembros del cuerpo técnico así como Fernando Roig Nogueroles, José Manuel Llaneza que saltaron al terreno de juego al final de la ceremonia de entrega de la Copa como también lo hizo Bruno aclamado por sus ex compañeros y todos los aficionados que desde la grada que teníamos asignada nos agotamos aplaudiendo y cantando hasta altas horas de la madrugada.
El Presidente no pudo estar en el campo por decisión del Comité de Salud de la UEFA, por el tema del Covid-19, pero sin duda se encomendó a San Pascual Bailón que puso su granito de arena también, para conseguir un objetivo que puede marcar un antes y un después en la Historia del Villarreal ya incorporado a la auténtica élite europea, con su primer título importante, que esperemos no sea el último.
Así vi yo el desarrollo de un partido en el que lo fundamental era el resultado final y ese objetivo se vio cumplido, por lo que 'bien está lo que bien acaba'.
Un abrazo a todos y hasta la semana que viene amigos.