Miguel Prim. Exparlamentario nacional.
Quizás el mes próximo sea el más idóneo para comentar las fechas de calor, sobre todo en política. Deseo sacar a la palestra una noticia agraria que me sorprendió y a la vez alarmó sobre una decisión de nuestro Gobierno Autonómico: El cierre de algunas Oficina de Agricultura de nuestro territorio regional, y una reorganización del trabajo.
El que escribe estas líneas ha sido protagonista en directo, teniendo en su quehacer profesional el ser técnico por oposición de lo que el Ministerio de Agricultura, allá por los años 50 ,creó el denominado servicio de extensión agraria. Dicho servicio, que en la Preautonomía, fue transferido a lo que seria la Conselleria de Agricultura, se dedicó a tener un contacto con el agricultor, agricultora, jóvenes, a formar técnicamente en los distintos cultivos y ganaderías, que habían en los términos en donde estuviera ubicada cada Agencia de Extensión Agraria, con multitud de actividades y visitas con familias agrarias. Sin olvidar las obras comunitarias promovidas por las Oficinas contando con los vecinos de los núcleos rurales y del asesoramiento continúo con las Cooperativas.
Y llegó el ingreso en la Unión Europea, siendo las oficinas las que tramitaban las ayudas de la PAC, además desde antes de ello las ayudas a los jóvenes agricultores en su incorporación a la explotación familiar.
Muchas localidades, ofrecían sus locales para que en dichas unidades se ocuparan por personal administrativo y técnico. Las tres provincias valencianas fueron tejidas de un bordado perfecto, en el que ninguna localidad no tuviera atención por parte de la Administración.
Pero sucede, que el Gobierno Socialista de Ximo Puig y su departamento de agricultura ha reunido al personal de las oficinas para explicar los cambios. Y dichos cambios, consisten, entre otros , en eliminar algunas oficinas con lo que muchos agricultores no tendrán el "calor" y ayuda directa de la Administración Autonómica, y el personal en donde sufra ese cierre, tendrá que desplazarse diariamente. Al parecer esa idea puede surtir efecto a finales de año , en adelante.
Personalmente, al conocer que una unidad de las que cerraran sus puertas será la de Torreblanca, no puedo pasar por alto, las horas y días empleados en la comarca a favor de los agricultores y sus familias.
Es cierto que la agricultura y el medio rural está pasando por un terrible problema estructural, que hace más que urgente dar un "golpe de timón" para modernizar las explotaciones, a base una agricultura comunitaria, y para eso, que no debe tener efecto lo que el Consell piensa llevar a cabo.
Desde estas líneas, pido una explicación ante estas noticias que me han llegado para tratar de enmendar lo que algunos piensan que no debe ser así.
Y es que me sale muy de dentro la protesta por lo que no debe producirse el anunciado cierre de algunas unidades hasta ahora abiertas, sino "meter mano" a la problemática agraria actual en nuestro núcleos rurales.