Vicente Blay Casino Serra. Secretario General PP Almassora
Emoción, ilusión y fervor. Llenando Almassora y a cada almassorí. Así ha transcurrido el primer fin de semana de nuestras fiestas en honor a Santa Quitèria. Tres días que arrancaron con el tan esperado 'Esclat de Festa' con el que nuestra reina, Maria Gonell y sus damas, Nerea Montanos y Alba Pesudo, nos invitaron a todos los almassorins a vivir intensamente nuestros festejos patronales.
Y tanto que lo hemos hecho. Cada rincón, cada calle y cada casal de nuestro pueblo se ha convertido en un reflejo de lo mejor de nuestro municipio. Reencuentros, ilusiones renovadas, pasión por Almassora y, sobre todo, devoción absoluta por Santa Quitèria. Esta que hizo que miles de almassorins, como protagonistas desde dentro o esperándola, quisieran acompañar a nuestra santa en la procesión del Traslado. El sábado las lágrimas de aquellos que hacía dos años que no podían sentir el manto de su patrona, el fervor de todos los almassorins y el recuerdo de aquellos que no han podido salir de nuevo a su encuentro abarrotó el camino de Santa Quitèria hasta la Natividad.
Almassora tenía ganas de Santa Quitèria. Lo demostró el sábado y también el domingo en la santa misa y, sobre todo, en la solemne procesión de nuestra patrona. Porque nuestras fiestas no se entienden sin un pueblo que a ti, Santa Quitèria, “te aclama y te grita”.
Igual que aclama y se engalana para saborear uno de sus actos más multitudinarios: la bendición de Les Calderes. Cerca de 8.000 raciones para que los almassorins degustáramos la esencia de Almassora y sus fiestas y para, también, homenajear a Talleres Agustí por esa merecida Caldera de Honor 2022 tras 40 años al servicio de todo el pueblo.
Por delante, nos esperan todavía días de fiesta en los que nuestra Vila recuperará el protagonismo que se merece gracias a la feria taurina (gracias a todas las peñas que hacen posible que Almassora tenga una feria de primer nivel) y la música acompañará a los almassorins.
Ya ha pasado el primer fin de semana festivo marcado por la devoción a nuestra patrona pero aún queda mucho y, sobre todo, queda un sentimiento que arraiga en Almassora los 365 días; el de gritar desde el corazón: Visca Santa Quitèria! Visca Almassora!