Vicente Pallarés. Alcalde de Sant Joan de Moró y diputado provincial.
La industria cerámica sigue siendo el verdadero motor del progreso de nuestra provincia. A pesar de muchos intentos de diversificar la economía castellonense – y sean todos ellos bienvenidos- nada ni nadie ha logrado minimizar nuestra dependencia del azulejo. Muchos de nuestros pueblos, como es el caso de Sant Joan de Moró, evolucionan al mismo tiempo que las fábricas cerámicas, ya sean de baldosas, de colorifícios o de maquinaria. Todos los castellonenses, unos en mayor medida que otros, estamos vinculados al sector cerámico.
Y es que la industria cerámica castellonense es el tercer exportador mundial de pavimentos y revestimientos cerámicos, y en nuestro territorio tenemos a dos de las 7 empresas del mundo que más baldosas fabrican en todo el mundo.
Los empresarios cerámicos han demostrado en numerosas ocasiones su talento, su capacidad de trabajo y, sobre todo, su vinculación y compromiso con la provincia. Por eso, luchando contra viento y marea, se han superado todas las crisis habidas y por haber, tanto internas como externas.
Por eso, nadie puede comprender que tanto el Gobierno de España como el de la Generalitat Valenciana, dirigidos por los socialistas Pedro Sánchez y Ximo Puig, respectivamente; le den la espalda a nuestras empresas cerámicas y no pongan las medidas necesarias para garantizar su competitividad ante la cada vez más creciente competencia internacional. Una competencia que, principalmente, viene de Asia y no juega con las mismas cartas al no tener que respetar los mismos requisitos medioambientales y laborales…
Y ahora, a los problemas que ocasionan las medidas medioambientales y el incremento de los costes de todos los productos y servicios que influyen en la producción azulejera, hay que sumar lo que desde la propia patronal azulejera Ascer se ha calificado como “una vorágine de incrementos de los costes energéticos sin precedentes que puede desembocar en la pérdida de viabilidad y, en consecuencia, en la destrucción de empleo y puestos de trabajo afectando negativamente a la economía de toda una provincia”.
Las medidas del inefable Pedro Sánchez, avaladas y aplaudidas por Ximo Puig con los ojos cerrados, pueden llevar a la ruina a toda una provincia. A la nuestra. Por eso, lo mejor que pueden hacer uno y otros es apagar y marcharse a sus casas. Y qué cierren al salir.
