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viernes, 22 de noviembre de 2024 | Última actualización: 22:28

Irene Montero debe irse a su casa/caso/case

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Por Vicente Pallarés. Alcalde de Sant Joan de Moró y diputado provincial

Yo sé que siempre hay que ser educado. Que nunca hay que perder los nervios y que, en el peor de lo casos, antes de explotar hay que respirar profundo y contar hasta 10. O hasta 20 si es preciso. Yo sé que hay que ser siempre políticamente correcto, sobre todo si trabajas, como es mi caso, al servicio de la ciudadanía. Siempre hay que mantener las formas para no molestar innecesariamente a nadie…

Pero yo, hoy, no puedo. No puedo ser políticamente correcto. Lo siento. No logro encontrar palabras amables para expresar mis pensamientos… Y eso que antes de comenzar a escribir este artículo he contado hasta 10… y hasta 20 también. Pero no puedo, necesito expresarme con naturalidad y rotundidad. Y espero, amable lector, que usted me comprenda y no lo tome a mal porque, seguramente, usted pensará lo mismo que yo: ¿Los españoles tenemos que aguantar los disparates de Irene Montero? Disparates muy bien pagados, por otro lado. Y, además, pagados con el sudor de la frente de todos los españoles que trabajamos.

¿De verdad que no hay nadie en el Gobierno de España que se haya dado cuenta de que esa señora no aporta absolutamente nada al progreso de nuestro país? ¿Nadie ha pensado en pagarle el finiquito y, con buenas palabras, mandarla a la cola del paro –que son bastante largas por culpa del Gobierno al que pertenece- a buscar un trabajo que concuerde con sus capacidades y talento?

¿De verdad tenemos que aguantar a esta señora destrozar el español añadiendo un tercer género que hasta la Real Academia de la Lengua Española asegura que es una falta inadmisible de cultura? ¿De verdad quiere hacer que nuestro idioma sea inclusivo a base de inventar todo tipo de ridículos palabros?

Y esto nada tiene que ver ni con el feminismo, ni con la igualdad ni con el respeto a la orientación sexual de nadie. Esto solo tiene que ver con el sentido común. Esto tiene que ver con la tontería y la falta de talento de una señora que se ha autoproclamado líder de la libertad sexual sin más mérito que ser la compañero del extinto político Pablo Iglesias. Más claro, agua.

Desde el PP defendemos la decisión de cada persona de ser como quiera ser. Y lo hacemos dándole carta de normalidad, que es la mejor forma de luchar contra la desigualdad. Y es que como dice mi compañera Begoña Carrasco, la próxima –y necesaria- alcaldesa de Castellón de la Plana, “en el PP trabajamos por los ciudadano y no les preguntamos ninguna persona ni a quién reza ni a quién ama”.

Lo mejor que podía hacer Irene Montero es irse a su casa. O a su caso. O a su case. ¡¡Pero que se vaya ya, por favor!!