Por Vicente Pallarés. Alcalde de Sant Joan de Moró y diputado provincial
Ximo Puig, después de ocupar todos los cargos que le regaló el socialismo a lo largo de su dilatada trayectoria de sueldos públicos, jamás pensó en llegar tan alto… ¡Ni más ni menos que presidente de la Generalitat Valenciana! Y nunca los valencianos pudimos imaginar que la Generalitat, después de la modélica gestión del castellonense Alberto Fabra, se situase a los actuales niveles de ineficacia que ha impuesto la alianza de izquierdas del PSOE, Compromís y Podemos.
La gestión de la crisis sanitaria del Covid-19 es, sin lugar a dudas, la ‘joya de la corona’ de la nefasta gestión de Ximo Puig al frente de la Generalitat Valenciana. No se podía hacer peor… O mejor dicho: no se puede hacer peor. Porque se hizo mal, pero es que se sigue haciendo igual de mal o, incluso, peor.
A cada rebrote, a cada nueva ola de contagios, Ximo Puig se limita a cerrar bares y restaurantes, y a controlar el movimiento de las personas sin saber muy bien con qué objetivo… Parece que el coronavirus se vuelve especialmente activo en determinadas franjas horarias y en determinados negocios… Ahora, el Covid-19 se está cebando en los jóvenes, en los menores de 30 años, un colectivo que todavía no está vacunado y, al ritmo que vamos… ¿Y qué hace el Molt Honorable President? ¿Agilizar la vacunación? ¡Noooo! Hace lo mismo de siempre: restricciones para los bares y restaurantes, cierre total para el ocio nocturno y toque de queda en todos aquellos municipios que, de manera directa o indirecta, viven del turismo.
¿Y qué hacemos con la economía? ¿Qué hacemos con los empresarios de los sectores afectados? ¿Qué hacemos con los trabajadores que se están quedando sin empleo? Ximo Puig no tiene respuestas para ninguna de estas preguntas.., Y tampoco ofrece explicación alguna sobre las ayudas oficiales que ha recibido su hermano y su hijo. Silencio socialista. Ay, Ximo Puig… Ver para creer.
