Desde la patronal cerámica aseguran que el FNSSE podría suponer un sobrecoste energético de 213 millones de euros en 5 años
Castellón Información
El coste generado por la implementación del Fondo Nacional de Sostenibilidad del Sistema Eléctrico (FNSSE) en el quinquenio 2021-25 para el sector cerámico ascendería a 213,5 millones de euros adicionales, cifra que supone prácticamente todo el beneficio anual del sector, según han alertado desde la Asociación Española de Fabricantes de Azulejos y Pavimentos Cerámicos (Ascer).
En el contexto actual, en el que las empresas del sector presentan una cuenta de resultados debilitada debido a la crisis de la Covid-19, el impacto del FNSSE dejará fuera del mercado internacional a un gran número de empresas, ya que no podrán trasladar este coste adicional al precio final y mermará su competitividad.
El Ministerio de Transición Ecológica ha elaborado un anteproyecto de ley que extiende a todas las empresas que venden energía -y no sólo a las eléctricas como sucedía hasta ahora- la obligación de financiar los 7.000 millones destinados cada año a las renovables, la cogeneración y la valorización energética de residuos (Recore). El FNSSE establece un reparto entre los sectores energéticos (productos petrolíferos, gas natural y electricidad) para evitar así subidas del precio de la electricidad, lo cual desincentivaría la electrificación de la economía y la inversión en fuentes renovables, contrarios a los objetivos de descarbonización. Las obligaciones de las aportaciones al FNSSE recaen sobre las comercializadoras de sectores energéticos, y el coste acabará siendo repercutido a los consumidores finales.
Alegaciones para la defensa del sector
Ascer ha presentado una batería de alegaciones con el fin de defender al sector y a la industria ante una nueva falta de sensibilidad del gobierno por la Industria, el único eslabón de la economía que hoy por hoy está garantizando empleo estable y de calidad y que está soportando en buena medida la economía española en este contexto de crisis sanitaria y económica.
Las alegaciones van orientadas principalmente a evitar que sectores que no tienen una alternativa al uso de gas natural, y que compiten en mercados internacionales, no se vean perjudicados por la creación de este Fondo.
El FNSSE entrará en vigor de forma escalonada en el periodo 2021-2025, comenzando con un peso del 20% en 2021 y alcanzando el 100% en 2025. Año en que, si este planteamiento sigue adelante, la factura energética sectorial se incrementará un 14%.
Desde Ascer señalan que "este fondo implica un sobrecoste para el sector sin ofrecer nada a cambio, cuando el sector ha puesto de manifiesto el deficiente estado de las redes y el excesivo coste de la energía frente a sus competidores. Así que no sólo no se ponen medios para mejorar el sistema sino que además, se pretende pagar más por el mismo sistema deficiente".
De nuevo se hostiga a la industria para que abandone el consumo de gas en un plazo nada realista y sin ofrecer alternativas técnicas viables ni garantizar su competitividad. Resulta contradictorio que desde el gobierno se insista en el apoyo a la industria cuando en paralelo se plantean mecanismos como el FNSSE, que no sólo golpea a la competitividad de la industria, sino que desincentiva totalmente la inversión y la llegada de fondos extranjeros.
El sector asume su compromiso con la descarbonización, no en vano ha reducido sus emisiones un 50% en los últimos 30 años y es líder en eficiencia energética en sus procesos, sin embargo, es preciso ser realistas y tener un horizonte técnico y competitivo claro para acometer esa transición. Hoy por hoy no hay ninguna alternativa energética al gas natural que garantice la viabilidad técnica y que sea competitiva. Forzar al sector a esa transición en el estado actual significa empujarlo a su destrucción y con él, los 60.000 empleos que de él dependen.