Jorge Fuentes. Embajador de España
Entre los quince artículos que la Constitución dedica a las Comunidades Autónomas, no hay ninguno que trate sobre las Conferencias de los presidentes autonómicos con el jefe del Gobierno. Se trata, por tanto, de reuniones que se desarrollan libremente y cuyo éxito o fracaso, así como su mera celebración, dependen de la buena voluntad de los participantes.
Hacía tres años que tales Conferencias no se celebraban y, a decir verdad, el ambiente político del momento no invitaba a cualquier tipo de reunión. Sánchez acababa de reunirse separadamente con cada uno de los líderes regionales -excepto con Madrid que le dio plantón- que acudieron a la Moncloa con una larga lista de peticiones que probablemente han ido al archivo.
Entre tanto se ha producido la terrorífica DANA con sus consecuencias políticas aun sin cerrar, como antesala de la reunión de Santander. Se trataba de la XXVII Conferencia, es decir, que se celebran cada dos años aproximadamente.
No puede decirse que el encuentro fuera un gran éxito, más allá del mero hecho de haber reunido a los 19 Presidentes con El Rey, el jefe del Ejecutivo y los líderes del Congreso y Senado. Poco más que eso.
Y no es extraño que así resultara ya que una Conferencia de este género debe prepararse cuidadosamente, con muchas horas de negociación previa para intentar alcanzar consensos que se plasmarán en las escasas horas que durará la reunión principal.
No fue así. Los cuatro temas principales que se iban a tratar, anunciados a través de los medios informativos y enunciados al inicio de la Conferencia no pudieron alcanzar acuerdo alguno. Se trataba de cuatro materias correosas como son la Financiación autonómica, la distribución de los MENAs, la Vivienda y la Sanidad.
Hubo un rechazo frontal a conceder una financiación singular a ninguna Autonomía -lease, a Cataluña- así como también a conceder un quita generalizado a los déficits acumulados en los últimos ejercicios ya que ello beneficiaría a las regiones que habrían sido menos cuidadosas en detrimento de las que habrían llevado mejor sus cuentas. Solo Madrid, la Señora Ayuso, tuvo la generosa idea de proponer que se beneficiara a Valencia para ayudarla a salir de la grave crisis provocada por la DANA.
La cuestión de la Vivienda sigue empantanada por la escasez de "pisos protegidos" -la eterna promesa de Sánchez de construir cientos de miles de pisos sigue sin materializarse- y la inseguridad de los propietarios, como consecuencia de la proliferación de los okupas, hacen que los pisos de alquiler sean cada vez más escasos, más caros y exijan mayores garantías a los posibles inquilinos.
La Sanidad sigue complicándose por la escasez de médicos y enfermeros, emigrantes masivos en busca de mercados mejor pagados, lo que provoca largas listas de espera tanto para visitas como, lo que es peor, para intervenciones quirúrgicas.
La cuestión migratoria y especialmente la de los MENAs tampoco encontró solución. Cataluña rechaza entrar en el reparto y Vox rompió con el PP, en esta materia, en las autonomías en que gobernaban conjuntamente. Con ello, la presión sobre las Islas Canarias y Ceuta se vuelve cada vez más tensa.
La construcción autonómica de nuestra Constitución fue una idea original que sus siete redactores -respaldados por sus respectivos partidos- desarrollaron como alternativa a las fórmulas generalmente aceptadas, como son el Federalismo y la Confederación. Lo más sencillo hubiera sido crear un estado federal, como en Suiza, Alemania, Canadá o Estados Unidos. Quizá se temió que por esa vía las tendencias separatistas de Cataluña y el País Vasco encontrarían más vías de escape, aunque lo cierto es que nuestras autonomías tienen más libertades que algunas de las Federaciones citadas.
El principal rasgo de una Federación que nuestras Autonomías no tiene es precisamente la coordinación institucionalizada entre los diferentes Estados federados. Algo así como la frágil Conferencia que Cantabria acaba de acoger y que Barcelona se ha ofrecido ya como próxima anfitriona. ¿Acaso estamos en la vía hacia un Estado Federal? Mal que bien, nuestras Autonomías van funcionando. ¿Alguien podría demostrarnos que con el Federalismo marcharíamos mejor?