Destinos como Omán y Panamá ya superan a una superpotencia como Estados Unidos en volumen de exportaciones citrícolas españolas
Castellón Información
Los buenos resultados que cosechan las exportaciones agroalimentarias de la Comunitat Valenciana en plena crisis del Covid-19 se ven lamentablemente empañados por la pérdida definitiva del mercado estadounidense para el comercio de las mandarinas y naranjas españolas.
La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) confirma los peores augurios y constata, a partir de datos de la interprofesional Ailimpo, que los aranceles de hasta el 25% impuestos el pasado octubre por la Administración Trump sobre los cítricos y otras producciones agrarias nacionales han reducido a cero los envíos de naranjas y mandarinas durante la presente temporada 2019/20 con destino a Estados Unidos, mientras que las exportaciones de limones apenas alcanzan las 922 toneladas.
AVA-ASAJA subraya que esta medida arancelaria tomada por Washington, en respuesta a un conflicto relacionado con las ayudas destinadas al sector aeronáutico Boeing-Airbus, ha supuesto la “puntilla” a la campaña histórica de clementinas remitidas desde el puerto de Castellón, la cual registró su récord de exportaciones en la campaña 2006/07 con cerca de 80.000 toneladas pero que, con el paso de los años, venía experimentando una tendencia a la baja debido a las presiones y falsas acusaciones por parte del lobby citrícola de Estados Unidos.
En esta última campaña (con datos hasta el 18 de abril), destinos como Omán (1.105 toneladas) y Panamá (1.003 tn) ya superan a una superpotencia como Estados Unidos en volumen de exportaciones citrícolas españolas. Destaca así mismo el caso de Canadá, país vecino que, con la onceava parte de habitantes, compra cincuenta veces más cítricos (47.790 tn) que Estados Unidos.
El presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado, lamenta que “nuestro sector agrario se ha vuelto a ver grave e injustamente perjudicado por causas que no tienen nada que ver con el campo. La pérdida del mercado norteamericano se suma al veto del mercado ruso provocado también por un problema político ajeno al sector agrario, y a la propia UE, como es el conflicto de Ucrania y Rusia. Es evidente que la agricultura valenciana y española irían mucho mejor si dispusieran de estos dos mercados de primera importancia mundial y es un despropósito tenerlos cerrados por el ‘mercadeo’ irresponsable que llevan a cabo las autoridades comunitarias”.
En este sentido, Aguado acusa a la UE de “beneficiar descaradamente a los sectores económicos del centro-norte del continente mientras no duda en dejar vendida a la agricultura mediterránea mediante acuerdos comerciales con países terceros o barreras arancelarias. O se cierra Rusia para todos o se abre para todos, lo que es intolerable es que se puedan seguir vendiendo productos industriales a los rusos (llama la atención la venta de coches de Alemania, país que curiosamente le compra el gas a Rusia) y, en cambio, España no pueda vender sus producciones agroalimentarias a Moscú. Esta no es la Europa que queremos: hay que abrir mercados a los agricultores y no cerrarlos, hay que dar la llave de las decisiones de Bruselas a todos sus miembros y no solo a unos pocos privilegiados, hay que hacer más Europa y no depender cada vez más de la alimentación que pueda o no llegarnos de fuera”.