Nos encontramos en los primeros días de la campaña de recolección y comercialización de la algarroba en la Comunitat Valenciana. Los tiempos del "oro negro" -cuando el precio en origen se acercó a los dos euros por kilo en 2022- quedaron atrás y este año, al igual que sucedió tras el batacazo comercial de 2023, los pronósticos son preocupantes, tanto en términos de producción como sobre todo de rentabilidad.
La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) estima que, debido a la falta de precipitaciones durante el presente año hidrológico -el más seco desde, al menos, 1950- la cosecha de algarrobas se verá reducida un 50% respecto al potencial productivo en la Comunitat Valenciana e, incluso, en algunos campos de secano la merma alcanzará hasta el 90% de la producción. A pesar de que la oferta no cubrirá la demanda, las cotizaciones ofrecidas a pie de campo se sitúan en torno a 0,40-0,60 €/kg, en línea similar al año pasado y muy ajustadas para compensar los costes medios de producción.
El responsable de la sectorial de frutos secos de AVA-ASAJA, Armando Boullosa, lamenta que "la sequía ha debilitado los árboles y ha restado peso a las algarrobas. Al haber menos kilos en los campos y más algarrobas que ya han caído al suelo, los costes de recogerlas van a subir mucho, quizás más que lo que saquemos en el mercado".
AVA-ASAJA reclama a las distintas administraciones más vigilancia tanto en las explotaciones como en los centros de recepción. Boullosa afirma que "todavía no hemos escuchado nada de robos, cuando otros veranos a estas alturas ya estábamos escaldados. Puede ser que la brusca caída del precio de la algarroba haya desincentivado a los ladrones. Pero por si acaso he empezado a recolectar en los campos más apartados que solían robarme primero. Queremos una Administración que destine más esfuerzos a combatir a los ladrones que a inspeccionar a los agricultores".
La organización agraria también solicita más medidas dirigidas a revalorizar esta materia prima "por sus múltiples beneficios para la salud y el medioambiente. Estamos hablando de un cultivo perfectamente adaptado a nuestro territorio mediterráneo, que ayuda a frenar la erosión, la desertificación y los incendios forestales, que es muy respetuoso con el medioambiente y que, gracias a la innovación desarrollada en los últimos años, abre interesantes aplicaciones en la industria alimentaria, cosmética y farmacéutica. Hay que seguir trabajando para garantizar precios justos a todos los agentes que intervienen en la cadena de valor, incluidos los productores".
En este sentido, AVA-ASAJA valora la labor emprendida por la Conselleria de Agricultura en aras de revitalizar el cultivo del algarrobo como "una apuesta por la sostenibilidad ambiental y la promoción de una alimentación saludable". El departamento encabezado por Miguel Barrachina desarrolla un programa de formación, a través de cursos y talleres para divulgar las prácticas más adecuadas de su cultivo, así como una campaña de sensibilización, con iniciativas para difundir entre la población los beneficios del consumo de la algarroba.