Marisol Linares. Exdiputada del PP.
Muchas cosas han pasado en España desde que hemos depositando nuestros votos en las urnas manifestando nuestra voluntad con los políticos.
En mi opinión, son varias las conclusiones que se pueden extraer, una de ellas, la fragmentación del voto, tanto en el bloque de derechas como de izquierdas que deja entrever que los dos grandes partidos mayoritarios, PP y PSOE, que tantos años obtuvieron el apoyo mayoritario de los españoles, ahora ya no pueden gobernar en solitario sin el apoyo de otras formaciones. Esta nueva realidad es consecuencia de la crisis económica y social que les hizo perder credibilidad, pero si observamos los últimos resultados del 26M, todo apunta que en años no muy lejanos volverán a ser los principales protagonistas de la alternancia en el gobierno de España.
Los españoles en esta llamada segunda vuelta, en las elecciones municipales y autonómicas, ya parece que pensaron de forma más racional y menos sentimental cuál era el voto útil, pero aún así pasará tiempo hasta volver al bipartidismo y que los populismos queden relegados dando paso a mayorías más estables y consolidadas a la hora de gobernar.
De lo que nadie habla es de una necesaria reforma de la ley electoral debido a que los dos partidos que deberían promoverla no tienen mayoría suficientes siendo este un tema prioritario para establecer por ley unas reglas claras y evitar así los trapicheos que en estos momentos se están dando entre todos los partidos, ya que cada uno hace valer sus votos en función de sus intereses partidistas dejando de lado lo que le conviene a la ciudadanía. La generosidad, no es algo que se prodigue en España entre los grupos políticos.
Otra reflexión es Cataluña. Un problema difícil del resolver con una sentencia a las puertas que va a abrir un nuevo escenario y que pasará por poner en jaque al Gobierno de Sánchez si es que éste consigue ser investido presidente o se ve obligado a convocar nuevas elecciones.
La semana próxima con la constitución de los Ayuntamientos se desvelarán algunos pactos de los que podremos extraer conclusiones, los barómetros serán los Ayuntamientos de Madrid y Barcelona, pero sobre todo será cuando la ciudadanía se dé cuenta para qué ha servido su voto y eso es algo que algunos partidos bisagra deberán tener en cuenta para que no se haga efectivo el refrán popular 'pan para hoy y hambre para mañana', ya que puede ser la factura que les pasen los españoles si al final no toman las decisiones adecuadas que se ajusten al deseo de sus votantes, pues a la larga las consecuencias serán perjudiciales para las siglas.
Esperemos que al final haya altura de miras y se apliquen políticas acordes con las necesidades económicas y sociales que vivimos dejando de lado intereses partidistas. El bipartidismo cada vez está más cerca.
